miércoles, 24 de octubre de 2018

El contrato con Arabia es el mayor de 'Navantia' para un cliente extranjero

MADRID.- Navantia es una de las empresas españolas que más intereses comerciales tiene con Arabia Saudí gracias al contrato para la construcción de cinco corbetas, una operación que alcanza los 1.800 millones de euros y que representa la mayor de la historia de los astilleros públicos con un cliente extranjero.

Una delegación saudí está de visita en España precisamente para continuar la tramitación de la construcción de las cinco corbetas.
El contrato, que fue firmado con el Gobierno de Arabia Saudí el pasado mes de julio, se estuvo negociando desde el año 2015 y supondrá una carga de trabajo global de alrededor de siete millones de horas para los astilleros de Bahía de Cádiz, Ría de Ferrol y Cartagena, y su industria auxiliar.
De hecho, la compañía ya señaló que este contrato es "clave" para garantizar la actividad de trabajo de Navantia, principalmente en sus astilleros de Bahía de Cádiz.
En concreto, se calcula que durante cinco años se generarán anualmente cerca de 6.000 puestos de trabajo directos e indirectos. De ellos, más de 1.100 serán empleos directos, más de 1.800 empleos de la Industria Auxiliar de Navantia y más de 3.000 indirectos generados por otros suministradores, según los datos de la compañía.
De acuerdo con el calendario previsto, el programa arrancaría a finales de 2018, de forma que el último buque se entregue en el 2022. Además, en virtud del contrato, Navantia será responsable del apoyo al mantenimiento durante cinco años, desde la entrega del primer buque, con opción a otros cinco años adicionales.
Navantia sostiene que este contrato permitirá consolidar internacionalmente a la compañía y, en especial, a este producto con un sistema de combate propio, que puede satisfacer las necesidades de otros potenciales clientes en la región y en otros mercados de interés.
Las corbetas para Arabia Saudí están basadas en el modelo Avante 2200 de Navantia, que es un buque polivalente especialmente diseñado para las misiones de vigilancia y control del tráfico marítimo, misiones de búsqueda y rescate y asistencia a otros buques, entre otras.
Además, los buques tendrán una "importante capacidad" para la defensa de activos estratégicos, de inteligencia y capacidad antisubmarina, antiaérea, antisuperficie y de guerra electrónica, según señaló la compañía con motivo de la firma.
Las corbetas estarán adaptadas a los requisitos de la Marina de Arabia Saudí y entre sus prestaciones destaca la capacidad de supervivencia y capacidad de operación a temperaturas extremas de la zona del Golfo.
El diseño de las corbetas incorpora productos propios como el sistema de combate Catiz, el sistema de comunicaciones integradas Hermesys, la dirección de tiro Dorna, el Sistema Integrado de Control de Plataforma, el puente integrado Minerva y los motores y las cajas reductoras.
Por otro lado, el contrato también incluye el suministro de varios servicios tales como el apoyo logístico integrado, el adiestramiento operacional y de mantenimiento, el suministro de centros de formación y adiestramiento para el sistema de combate y el sistema de control de plataforma de los buques, el apoyo al ciclo de vida, y los sistemas para el mantenimiento de los buques en la base naval.
Además del contrato de corbetas, Navantia acordó con la empresa estatal saudí SAMI (Saudi Arabian Military Industries) la creación de una sociedad conjunta (joint venture) en Arabia Saudí.
Esta sociedad, según la compañía, supone una oportunidad para posicionar los sistemas integrados y las soluciones tecnológicas de Navantia en el mercado de Arabia y su área de influencia, al tiempo que se enmarca dentro de la estrategia de internacionalización de la compañía.

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