domingo, 25 de diciembre de 2016

Felipe VI ha defendido la unidad del país en su tercer mensaje de Navidad a todos los españoles


MADRID.- En su tercer mensaje de Navidad desde que fue proclamado Rey, Felipe VI ha defendido la unidad del país, el respeto a la ley y la voluntad de profundizar en una España de "brazos abiertos y manos tendidas", al tiempo que ha hecho un llamamiento a los partidos a alcanzar consensos básicos desde el diálogo.

Éste es el texto íntegro del mensaje:

"Buenas noches.

En estas horas de la Navidad quiero desearos, junto a la Reina y nuestras hijas Leonor y Sofía, unas felices fiestas y nuestra esperanza de que el 2017 sea un año mejor para todos. Y en una noche como la de hoy, a tantas familias que han sufrido las recientes inundaciones en nuestro país, quiero decirles especialmente que las tenemos muy presentes.

Navidad es nacimiento, y celebrar con alegría lo que nace es tener fe en el futuro. Es en momentos como estos, cuando los sentimientos personales y colectivos de afecto, de amistad y de fraternidad, creados a través de nuestra convivencia, nos recuerdan el gran patrimonio común que compartimos. Un patrimonio que merece el cuidado de todos y que todos debemos ayudar a proteger como lo mejor que tenemos y somos; como lo mejor de lo que nos une.

Como es tradición, permitidme esta noche que comparta con vosotros algunas reflexiones sobre nuestro presente y sobre nuestro futuro, procurando extraer de todo lo que hemos vivido, especialmente durante este 2016, aquello que mejor nos ayude a seguir adelante.

Siempre se ha dicho que los momentos más difíciles de la vida son las mejores oportunidades para descubrir nuestra fuerza interior, para comprobar nuestro carácter, nuestra verdadera dimensión. A lo largo de este año he estado en diferentes lugares de nuestra geografía nacional. Y tengo que deciros que, en todo ese recorrido por nuestros pueblos y ciudades he visto dificultades y problemas para muchos de nuestros compatriotas; pero también trabajo duro, honesto, sacrificado; mucha capacidad y talento; y, sobre todo, determinación, ganas de salir adelante.

He comprobado, una vez más, el valor que tiene en nuestra sociedad la familia, porque su ayuda ha permitido a muchos sobrellevar los peores momentos.

He conocido a trabajadores y profesionales, hombres y mujeres que, con su esfuerzo sereno, durante estos largos y difíciles años, sin desfallecer ni resignarse, sostienen con gran dignidad y coraje a sus familias, sus vidas y sus trabajos.

He visto, también, en muchos compatriotas la decisión de asumir riesgos para crear o defender puestos de trabajo, y el valor para levantarse y reemprender la tarea después de haber visto destruidas obras hechas con ilusión y gran sacrificio.

Podría dar, además, innumerables ejemplos de solidaridad. Muchos de vosotros entregáis con generosidad vuestro saber, vuestro tiempo y esfuerzo, y sobre todo vuestro corazón, para ayudar a los demás; sois capaces de reaccionar ante cualquier emergencia, probando siempre que, allá donde haga falta, allá donde se necesite una palabra de aliento o una mano amiga, hay un español que demuestra con obras la grandeza y el alma más profunda de nuestra tierra.

Como también he sido, y soy continuamente, testigo de la labor de tantos servidores públicos que, con una extraordinaria vocación de servicio a la comunidad, garantizan nuestras libertades, atienden nuestros hospitales o educan a nuestros hijos; muchos compatriotas que, dentro y fuera de España, velan por nuestra seguridad, defienden nuestros valores y contribuyen al avance de la ciencia y al enriquecimiento de la cultura. Todos ellos son la imagen de nuestro país y también hacen posible que nuestro Estado funcione y que podamos celebrar un día como hoy.

Todo esto para mí y para todos nosotros, es un motivo para sentirnos auténticamente orgullosos; y también es una razón para la esperanza, porque una sociedad que mantenga estas actitudes, estas convicciones y estos valores no puede tenerle miedo al futuro. Estoy seguro de que nuestra memoria colectiva reservará un lugar de honor en la historia para estos tiempos de sacrificio y abnegación; pero también de generosidad y superación.

Pero tenemos que seguir mirando hacia adelante construyendo nuestro país, construyendo también Europa. Tenemos que esforzarnos, paso a paso, día a día y con espíritu positivo, para que la prosperidad y el bienestar sean la base de una convivencia ilusionada. Y por eso hay varios asuntos a los que, concretamente, quiero referirme esta noche:

Es cierto que la crisis ha impuesto grandes sacrificios. Hoy, sin embargo, vivimos con la esperanza de la recuperación que ya hemos iniciado. Todos deseamos que esa recuperación se consolide, que nos permita además crear mucho más empleo y de calidad, y también corregir tanto las desigualdades derivadas de una crisis tan profunda como la que hemos vivido, como fortalecer, en general, nuestra cohesión social, que es una garantía para asegurar la estabilidad y el equilibrio de nuestra sociedad.

En ese sentido, es muy importante para todos que muchas familias puedan recuperar su nivel de vida y que nuestros jóvenes puedan tener oportunidades de futuro, de ilusión, de confianza; que sobre todo las personas más desfavorecidas o más vulnerables tengan la certeza de que no se quedarán en la soledad del camino que España tiene que recorrer en el siglo XXI.

Por otra parte, hemos superado una compleja situación política que conocéis bien. Es importante ahora que en nuestra sociedad se haya recuperado serenidad y que los ciudadanos puedan tener la tranquilidad necesaria para poder llevar a cabo sus proyectos de vida. Como igualmente es esencial, de cara al futuro, que el diálogo y el entendimiento entre los grupos políticos permita preservar e impulsar los consensos básicos para el mejor funcionamiento de nuestra sociedad.

Y me gustaría insistir esta noche también en la necesidad de que cuidemos y mejoremos en todo momento nuestra convivencia. Y la convivencia exige siempre, y ante todo, respeto. Respeto y consideración a los demás, a los mayores, entre hombres y mujeres, en los colegios, en el ámbito laboral; respeto al entorno natural que compartimos y que nos sustenta. Respeto y consideración también a las ideas distintas a las nuestras. La intolerancia y la exclusión, la negación del otro o el desprecio al valor de la opinión ajena, no pueden caber en la España de hoy.

Como tampoco son admisibles ni actitudes ni comportamientos que ignoren o desprecien los derechos que tienen y que comparten todos los españoles para la organización de la vida en común. Vulnerar las normas que garantizan nuestra democracia y libertad solo lleva, primero, a tensiones y enfrentamientos estériles que no resuelven nada y, luego, al empobrecimiento moral y material de la sociedad.

Porque el progreso, la modernización, el bienestar, requieren siempre de una convivencia democrática basada en el respeto a la Ley, en una voluntad decidida y leal de construir y no de destruir, de engrandecer y no de empequeñecer, de fortalecer y no de debilitar.

Porque ahora es el momento de pensar en la España que queremos para las próximas décadas, que será la de nuestros jóvenes de hoy, y de forjarla con solidez. Y para ello, debemos concentrar nuestras energías en mirar hacia el mundo que nos rodea, y darnos cuenta cabalmente de por dónde va.

Un mundo muy incierto, con grandes desafíos políticos, sociales o en materia de desarrollo y seguridad, por ejemplo. Pero entre ellos, hoy quiero detenerme en los avances de la tecnología que, a escala global, condicionan cada día más nuestras vidas cotidianas.

Vivimos una nueva realidad que ha cambiado la forma de comunicarnos y relacionarnos entre nosotros; de recibir información necesaria para formar nuestra opinión y tomar decisiones; que se ha introducido en nuestras empresas, en nuestras fábricas y en nuestras industrias, transformando los procesos productivos y los empleos, tal y como los conocíamos. Incluso está transformando nuestros colegios, universidades y centros de formación. Nunca antes en la historia de la Humanidad y en un espacio de tiempo tan corto, se habían producido cambios tan grandes.

Hoy sabemos que no se trata ya solo de una revolución tecnológica: es algo mucho más profundo. Es un nuevo modelo del mundo que traspasa fronteras, sociedades, generaciones y creencias.

En este contexto es evidente que debemos adaptarnos a esa nueva realidad imparable y desarrollar al máximo nuestras habilidades para actuar con éxito en la ciencia, en la economía o en la cultura, también en la industria y en la seguridad; pero preservando siempre los valores humanos que nos identifican y nos definen. No debemos esperar a que esa nueva realidad se imponga sobre nosotros; tengamos en cambio, la fuerza y el empuje suficientes como país para anticiparnos y asumir el protagonismo necesario en la nueva era que se abre ante nosotros.

Y en esa tarea la educación es -y será sin duda- la clave esencial. Una educación que asegure y actualice permanentemente nuestros conocimientos; pero que también forme en lenguas y en cultura; en civismo y en valores; que prepare a nuestros jóvenes para ser ciudadanos de este nuevo mundo más libres y más capaces y que sepan aprovechar la experiencia de nuestros mayores. Una educación que fomente la investigación, impulse la innovación, promueva la creatividad y el espíritu emprendedor como rasgos y exigencias de la sociedad del futuro, que es ya la sociedad de nuestros días.

No quisiera ocupar durante más tiempo vuestra atención en una noche que debe ser de celebración familiar; aunque no quiero terminar sin deciros que creo sinceramente en una España consciente, solidaria, firme en sus valores, alejada del pesimismo, de la desilusión o el desencanto; creo en una España decidida a superar las dificultades que, aunque grandes, son también vencibles.

Y no tengo duda de que seremos capaces de superarlas si entendemos que ya no vivimos tiempos para encerrarnos en nosotros mismos, sino para abrirnos al mundo; si tenemos claro que no lo son tampoco para fracturas, para divisiones internas, sino para poner el acento en aquello que nos une, construyendo sobre nuestra diversidad; son tiempos para profundizar en una España de brazos abiertos y manos tendidas, donde nadie agite viejos rencores o abra heridas cerradas. Tiempos, en fin, en los que tenemos motivos y razones más que poderosas para la unión, para trabajar todos juntos, desde cualquier lugar de nuestro gran país, con ilusión, con ideales y con proyectos para la mejor España.

Así lo siento y así lo creo. Y con esa profunda convicción os deseo, en esta noche a todos y a cada uno de vosotros y a vuestras familias, una muy feliz Navidad. Eguberri on / Bon Nadal / Boas festas. Buenas noches. Y Feliz y próspero 2017".

martes, 20 de diciembre de 2016

El Parlamento Europeo reacciona / Ángel Tomás *

El acuerdo comercial entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados de África del Sur, aprobada en el Parlamento Europeo el pasado 14 de septiembre, autoriza la entrada de cítricos libre de aranceles a la UE, con ausencia de control fitosanitario en la salida, y el consentimiento laxo del mismo en los puertos de entrada europeos. Esto es simplemente una práctica comercial internacional escandalosamente desleal y un dumping condenado por el derecho internacional. Estas importaciones, además expanden plagas como la "Mancha Negra", la "Criptolebia Leucotreta", incluso el propio "Citrus Greening " o insecto vector, que amenazan enfermedades irreversibles y un resultado ruinoso para el agricultor, el PIB y el Patrimonio Nacional.

Un ejemplo vivo es la alerta lanzada por los agricultores confirmando que la campaña citrícola de mandarinas está siendo desastrosa en las variedades extra tempranas y de media estación, quedando en los árboles un 60% de la producción debido a la saturación de la oferta desleal procedente del exterior. El acuerdo entre la UE y Sudáfrica, ya está ocasionando estragos producidos por una oferta masiva de pésima calidad, a precios ínfimos por sus bajos costes, una política fiscal a todas luces injusta y el relajamiento, y en algunos casos carencia, de inspecciones sanitarias obligatorias. Se espera que tenga un efecto dominó en las siguientes cosechas.

Los representantes del sector de España, Italia y España, han reclamado de forma conjunta a la Comisión Europea medidas compensatorias para paliar los efectos negativos de un acuerdo irresponsable, impulsor de precios a la baja y carente de control obligatorio de plagas y enfermedades.

El acuerdo incluía la naranja y la mandarina, no el limón y el pomelo que quedaron fuera gracias a la intervención de Ailimpo (Interprofesional del limón y del pomelo), puntualizó su director general José Antonio García. La producción del pomelo es escasa, pero la del limón alcanza niveles de liderazgo por su alto consumo. Pues bien, ASAJA (Asociación de Jóvenes Agricultores de Alicante), lanza una segunda alerta alimentaria. Tras una segunda detección por presencia, en las importaciones del limón turco, de residuos del pesticida Clorpirifos del que el sistema de la UE RASFF (Food and Feed Safety Alerts) ha encontrado 0,497 mg/ kg, cuando el Límite Máximo de Residuos (LMR) de la UE en limones es de 0,20 mg/kg, ocasionando una clara amenaza real sobre el problema de control de residuos de pesticidas en el país turco.

Como consecuencia, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Alicante exigen controles exhaustivos, incluyendo análisis de laboratorio, por parte de las autoridades europeas a las importaciones de limones turcos. La campaña recién comenzada está bajo gran amenaza para todo el sector citrícola, de vital importancia tanto para el consumo interior como para las exportaciones y nuestra balanza exterior. La UE está exigiendo un gran esfuerzo a los agricultores mediterráneos y resulta sorprendente la flexibilidad practicada para con los residuos de terceros países. La falta de adopción de controles nos exponen a la entrada de plagas peligrosas, tanto para nuestras plantaciones como para la salud de los ciudadanos.

DAN COMIENZO LAS REACCIONES

El esfuerzo y cuantiosas gestiones llevadas a cabo por el eurodiputado español y Vicepresidente del Parlamento Europeo, Ramón Luis Valcárcel, y de su voto en contra en la aprobación del convenio que nos ocupa del pasado 14 de septiembre, no cayeron en saco roto. Valcárcel se apoyó técnicamente en los escritos del Comité de Gestión de Cítricos de Valencia, también suscritos por Asaja, Coág, Upa, el resto de Cooperativas, y la carta dirigida al Comisario de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenins Andriu Kaitis, por las insuficientes medidas de protección a los agricultores europeos por parte de la Comisión Europea de Agricultura, ha hecho posible una nueva Resolución, (histórica), del Parlamento Europeo en defensa de la seguridad fitosanitaria del sector citrícola.

Los eurodiputados del PE, ante las insuficientes medidas de protección a los agricultores europeos por parte de la Comisión, quieren reglas y controles más estrictos para contar con normas suficientes adecuadas contra la propagación de plagas. No podemos sentarnos a esperar impasibles ante la laxitud de la Comisión, señaló Clara Aguilera (S&D, España), que tomó el testigo para liderar la iniciativa de reclamar un enfoque más duro. En consecuencia, el PE en sesión plenaria del 15 de diciembre, aprobó el nuevo texto Resolución no legislativo sobre el Proyecto de Directiva de Ejecución que enmienda la 2000/29/EC sobre sanidad vegetal, con 463 votos a favor, 168 en contra y 3 abstenciones.

Al no tener el Parlamento capacidad de legislar sobre anexos, la Comisión deberá plantear y exigir exhaustivos controles, antes del empaquetado y a la entrada del territorio comunitario, incluyendo tratamientos en frío para matar las larvas y trazabilidad de las frutas importadas. Se trata pues, de una resolución no legislativa modificando el anterior proyecto de acto de aplicación en vigor.

Es la primera vez que el Parlamento objeta un acto de la Comisión, que está obligada a presentar un nuevo proyecto que elimine los productos importados de países contaminados. Se da el caso de que entradas de frutos inaceptables destinados a la fabricación de zumos, carentes de control, en ocasiones se expende como fresco.

El PE merece el apoyo unánime de todos los países de la Unión, que como en este caso protege la economía y supervivencia de un sector imprescindible y necesario.


(*) Economista y empresario