MADRID.- La subsecretaria del Ministerio de Asuntos Exteriores, Beatriz
Larrotcha, ha citado de urgencia en apenas una semana a todos los
cónsules de carrera destinados en Barcelona y a medio centenar de
embajadores en Madrid para instruirles “contra las manipulaciones” del
proceso independentista, publica hoy El País.
Exteriores no ha ocultado en esos encuentros su “enorme preocupación” por el comportamiento de algunos representantes internacionales y, de hecho, ya ha forzado el cese de cuatro de ellos. A partir de ahora habrá un diplomático de enlace que hará de interlocutor directo sobre Cataluña con todas las embajadas.
La primera reunión masiva de los responsables de Exteriores con los
diplomáticos internacionales fue a finales de octubre, apenas diez días
después de la aprobación del artículo 155 por el que se intervino la
Generalitat de Cataluña. La segunda se celebró el jueves 22 de febrero
con unos 40 cónsules de carrera (diplomáticos oficiales y no honorarios)
en Barcelona y este miércoles pasado, en la Escuela Diplomática, con
medio centenar de embajadores acreditados en Madrid. Oficialmente se
trató de un encuentro informativo para exponer el balance de la
aplicación del artículo 155. Y también se les expuso el estado de la
situación tras el cierre de las 11 embajadas catalanas en el
extranjero y del Diplocat, el pretendido servicio de acción exterior
puesto en marcha por la Generalitat de forma autónoma.
Uno de los diplomáticos presentes explicó a El País, sin embargo, que
el objetivo de la cita fue “contrarrestar toda la manipulación
mediática relacionada con el proceso independentista en Cataluña”. La
charla ofrecida a los embajadores, que duró unos 60 minutos, estuvo
encabezada por la subsecretaria, que acudió acompañada de un alto cargo
de la Presidencia del Gobierno. En esa convocatoria no se ofreció ningún
papel o argumentario ni hubo preguntas.
Otro de los diplomáticos que asistieron concluyó que lo que
Exteriores intentó fue darles un capítulo con instrucciones sobre cómo
debería ser su comportamiento como representantes de un país extranjero
en España, incluso con recomendaciones de que no se reúnan con
dirigentes independentistas.
Un consejero extranjero destacó otra conclusión de la cita:
Exteriores ha puesto a disposición de las embajadas extranjeras un
diplomático de enlace que hará de interlocutor directo para aclarar todo
tipo de dudas que se planteen en su trabajo diario relacionadas con
Cataluña.
Toda esta estrategia de contraataque del Ministerio de Exteriores se ha precipitado en los últimos días tras comprobar con inquietud y “enorme preocupación la manipulación que el proceso independentista ha intentado a través de sectores políticos locales y nacionalistas sobre el cuerpo consular sito en Cataluña o con sede en Barcelona”, según fuentes gubernamentales.
Toda esta estrategia de contraataque del Ministerio de Exteriores se ha precipitado en los últimos días tras comprobar con inquietud y “enorme preocupación la manipulación que el proceso independentista ha intentado a través de sectores políticos locales y nacionalistas sobre el cuerpo consular sito en Cataluña o con sede en Barcelona”, según fuentes gubernamentales.
En Exteriores diferencian claramente entre esos cónsules de carrera
(entre 39 y 42) y los denominados cónsules honorarios (45), a los que se
considera más propicios a simpatizar con el movimiento independentista.
Esa es la razón por la cual la subsecretaria acudió la semana pasada a
Barcelona para reunirse con los cónsules de carrera, darles
instrucciones, prestarles apoyo ante la presión “insoportable” que se
considera que están sufriendo y escuchar sus percepciones de manera
directa.
Cuatro cónsules cesados
El Gobierno ha forzado el cese en el último año de cuatro cónsules
honorarios (Finlandia, Filipinas, Letonia y Bulgaria) por
comportamientos que se consideraron inadecuados a su cargo. Un
procedimiento de relevo que contempla precisamente la Convención de
Viena de 1963 sobre relaciones consulares. Fuentes gubernamentales han
justificado así también el último caso, protagonizado esta semana por el
cónsul honorario de Finlandia, Albert Ginjaume, al que se llevaba
siguiendo estrechamente desde la supuesta declaración unilateral de
independencia a finales de octubre.
En Exteriores niegan que se impulsara su cese solo por haber
organizado como secretario del cuerpo consular en Barcelona (94
cónsules) una comida de trabajo el 1 de febrero con la presidenta de la
Diputación y alcaldesa de Sant Cugat del Vallès, Mercè Conesa (CiU). Se
asegura que hace tiempo que había “confundido, extralimitado u olvidado
el marco legal” de sus funciones diplomáticas.
Desde octubre, Exteriores había convocado varias veces a la
embajadora de Finlandia en Madrid, Tiina Jortikka-Laitinen, para
reconvenir la “conducta no ejemplar en varios casos” de su cónsul
catalán, pero sin tener éxito. Se indica, sin precisar más, que se había
pronunciado “con manifestaciones políticas en actos públicos”.
El mismo
malestar se ha comunicado en estos días al embajador de Perú y se hará
con el de Dinamarca ante el respaldo que en sendas cartas le mostraron
al representante finlandés desde Barcelona la cónsul peruana, Franca
Lorella Deza, y el danés, Lau Andersen, éste además responsable de
relaciones institucionales.
En el Ministerio se entiende que esos apoyos fueron personales y que
no representan a todo el colectivo consular, que teóricamente los
rechaza. En cualquier caso, se ha aprovechado la ocasión para trasladar a
los jefes de las respectivas misiones diplomáticas el desagrado de
España por esas actitudes “inaceptables e inconvenientes”.
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