jueves, 20 de septiembre de 2018

Puigdemont dice no a la “Operación Flamenca” para ser eurodiputado / José Oneto *

El expresidente catalán Carles Puigdemont ha rechazado participar en las elecciones europeas en una lista del partido nacionalista flamenco N -VA, según ha declarado a la prensa local, en Lommel, un pequeño pueblo belga de poco más de 30.000 habitantes, tras un acto en el que ha apoyado a los nacionalistas flamencos de derecha, en la campaña electoral para  las elecciones municipales. 

Hasta ahora, el expresidente catalán venía manteniendo una posición muy ambigua sobre su candidatura en lo que se ha llamado “Operación Flamenca”, cuyo objetivo era colocarle en una lista nacionalista flamenca para que ocupara un puesto de europarlamentario, que le permitiera utilizar el escaño para la defensa de los intereses catalanas y, sobre todo para dar la batalla en Europa sobre la necesidad de independencia de Cataluña y su incorporación como nuevo país a la Unión Europea.

Recientemente, en unas declaraciones a la televisión comercial francófona, el exiliado político catalán, instalado en Waterloo, se expresaba con total vaguedad sobre esa “Operación” y no quería confirmar si se presentaría a esas elecciones. Lo único que decía es que él no había recibido formalmente ninguna propuesta oficial. Eso sí, hacía un canto al partido flamenco N-VA, un partido con el que, decía Puigdemont “preservaremos las buenas relaciones porque compartimos la reivindicación de un derecho que consta en la carta de Naciones Unidas: el derecho a la autodeterminación de los pueblos”. 

De ese plan de los flamencos se ha venido hablando durante todo el mes de agosto y, en cierto modo, adquirió carta de naturaleza cuando el periódico francés Le Monde se hizo amplio eco del proyecto de los nacionalistas flamencos.

Puigdemont, que volvió a instalarse en Bélgica después de su detención en Alemania tras la decisión del juez del Tribunal Supremo español Pablo Llarena de retirar los mandatos de detención europeos e internacionales contra él, anunciaba su voluntad de continuar en la lucha política pese al fracaso de su declaración de independencia de octubre 2017. 

Está intentando, además, decía el periódico francés, lanzar un nuevo partido y crear en Bélgica un “Consejo de la República”. “No es el final. Viajaré hasta el último rincón de nuestro continente para defender la justa causa del pueblo catalán”, declaraba  a su regreso de Alemania.

El N-VA considera que una candidatura de Puigdemont en Bélgica le aportaría, con seguridad, un escaño suplementario de eurodiputado. En la actualidad cuenta con cuatro miembros en Estrasburgo, adheridos al grupo de derecha Conservadores y Reformistas europeos, el de los Tories británicos y el PiS polaco. 

Los “exiliados”  catalanes, que han organizado diversas manifestaciones en Bruselas, han podido contar, hasta ahora, con el apoyo activo del presidente N-VA de la Región flamenca, Geert Bourgeois, y de importantes ministros del Gobierno federal belga, como los responsables de Emigración e Interior. Puigdemont vive en Valonia y se expresa en inglés y francés, pero le votarían en Flandes, y la norma establece que quienes integren las listas allí han de saber neerlandés.

Su ingreso en el Parlamento Europeo le permitiría contar con un importante altavoz mediático. Pese a los 1.500 kilómetros que separan Bruselas de Madrid, y a ser solo uno de 751 diputados, las intervenciones en los plenos, los previsibles encontronazos con otros eurodiputados del PP o Ciudadanos y su participación en misiones en el extranjero multiplicaría su visibilidad. 

“Ahora mismo no tiene una plataforma política que le dé voz para ejercer el liderazgo en Cataluña. Toda su acción pública gira en torno al Consejo de la República y esa ficción institucional que hay montada en una casa a las afueras de Bruselas. El Parlamento Europeo sería una plataforma perfecta para enviar mensajes al exterior”, opinaban recientemente en Estrasburgo en el último pleno varios eurodiputados. 

A eso hay que añadir la inmunidad que otorga el escaño. Los europarlamentarios no pueden ser detenidos o procesados en el territorio de cualquier otro Estado miembro. España puede solicitar que se levante la inmunidad, pero con el incómodo peaje de que el proceso atraiga de nuevo los focos internacionales: Puigdemont tendría derecho a ser oído al respecto y finalmente sería una votación la que decidiría si se le despoja de protección para ser juzgado.

Puigdemont, después  de rechazar su participación en una “candidatura flamenca” ha querido aclarar que continuará trabajando por la independencia ya que, de hecho ya somos una realidad política y todo el mundo lo reconoce.

 “Ahora trabajamos para que sea legal. Hoy ya somos más independientes que hace un año. Dentro de un año seremos aun más independientes. Esto es un proceso imparable  Hemos decidido luchar por la independencia de forma democrática y no violenta. Seguimos dispuestos a alcanzar un acuerdo con el Estado español y hemos optado por la vía pacífica, descartando una guerra de independencia, que hubiese acortado el tiempo necesario para conseguir esos objetivos”.


(*) Periodista y economista


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