lunes, 5 de noviembre de 2018

Un Supremo dividido aplaza la sentencia sobre las Hipotecas… / José Oneto *

Este lunes 5 de noviembre, todos los  bancos del país, la Bolsa,  el mundo financiero y, sobre todo, millones de ciudadanos, han estado  pendientes durante todo el día, de una reunión decisiva del Tribunal Supremo que ha reunido a 28 magistrados de la Sala Tercera, de lo Contencioso Administrativo (tres que estaban citados han excusado su ausencia por motivos graves) y que, desde las  diez de la mañana, hasta cerca de las siete de la tarde, han debatido sobre el futuro de una sentencia emitida el pasado 18 de Octubre para concretar los extremos  de si, efectivamente son los Bancos los que tienen que pagar el impuesto de las hipotecas, impuesto  sobre Actos Jurídicos Documentales.

Eso o, por el contrario, si hay un cambio de actitud y ese impuesto lo tiene que pagar el ciudadano que pide la hipoteca, una situación que respondería a una política bastante conocida en el país de que, como siempre, es el  consumidor el que corra con los gastos.  España es el país europeo, que el cliente más paga por el impuesto por la firma de  las  hipotecas hoy, partiendo de la base de que la mayoría de los asistentes no se han mostrado partidario de cambiar la sentencia  de octubre, para que sea el consumidor el que pague, y tras un intenso  debate, se ha decidido aplazar la solución definitiva para mañana martes, ante lo que parece que es el problema  sobre la retroactividad, que pretende establecerse en cuatro años,  uno de los  puntos claves de lo que se ha tratado durante todo este lunes  y , discutido, también, por algunos miembros de la Sala.

Aplazada de esta forma la sentencia del contencioso administrativo, hay que reseñar que, al margen de lo que se decida definitivamente mañana, todo este conflicto  ha dañado gravemente el prestigio de la Justicia y, sobre todo, la credibilidad del Tribunal Supremo. Un Tribunal que está en el punto de mira político por la sentencia que tiene que dictar sobre el “procés” catalán y contra los políticos presos. 

Hasta tal punto ha preocupado la decisión de la reunión de la Sala Tercera del Supremo  de este lunes , y que continuará este martes, celebrada según algunas fuentes , por presiones de la Banca, que el Presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo Carlos Lesmes,  se ha visto obligado a pedir disculpas a los ciudadanos por lo que ha reconocido que ha sido una mala gestión y desenlace de todo este asunto.

Una mala gestión  que , incluso , ha repercutido en el papel del Supremo en el próximo proceso contra los lideres  catalanes presos por rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, que  ha salido a relucir a raíz del comportamiento del responsable de la Sala Tercera del Supremo Luis María Díez-Picazo. 

Lesmes ha tenido que asegurar públicamente  que jamás ha recibido “indicación alguna de orden político” respecto a la causa del “procès” añadiendo que durante todo el procedimiento ha habido “un respeto escrupuloso de los políticos” y “también” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

“Les puedo garantizar como presidente del Tribunal Supremo que jamás he recibido indicación alguna de orden político en relación con este asunto, ni en relación con los presos preventivos” y “aún menos de la calificación jurídica que dependen del Ministerio Fiscal y no de los jueces”, que serán los que lo determinen de forma definitiva una vez se celebre el juicio. 

Una explicación amplia que responde a las consecuencias  y preocupación que produjo la decisión del Presidente de la Sala Tercera del Supremo Luis María Díez-Picazo , de paralizar y revisar la sentencia que obligaba a los Bancos a pagar los impuestos de las hipotecas  dada “la enorme repercusión económica y social del fallo” .

Díez-Picazo, colocado con calzador en la Presidencia de la Sala Tercera de lo Contencioso del Supremo por el propio Lesmes, forzando la salida de su titular José Manuel Sieira , ha compaginado  su labor como juez  con la docencia  en el Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF), dependiente de la Asociación Española de la Banca, la patronal del sector, con lo que se produce la inevitable sospecha de presiones por parte de un sector que ha perdido en Bolsa con la sentencia de Octubre, más de 60.000 millones de euros, a raíz de su, publicación, ante la desidia de Díez-Picazo. 

Lo sorprendente es que a estas alturas, y después del escándalo, el señor Picazo siga al frente de la Sala de lo Contencioso del Supremo. Ni siquiera ha pedido perdón. Su carácter y su forma de actuar, dicen los que le conocen, se lo impiden…


(*) Periodista y economista


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