MADRID.- CCOO ha detectado un
aumento notable de cláusulas en los convenios colectivos, firmados
entre 2013 y 2015, que permiten la distribución irregular de la jornada
laboral así como un incremento del régimen de trabajo a turnos.
En rueda de prensa para presentar el informe "Impacto de la reforma
laboral de 2012 en la negociación colectiva", el secretario de Acción
Sindical de CCOO, Ramón Górriz, también ha observado, en materia de
retribución salarial, cierta "inercia" en el tratamiento de los
complementos, pero sobre todo "falta de claridad" a la hora de
definirlos.
Para Gorriz, esto es reflejo de una "fuerte presión" sobre la
negociación colectiva para potenciar la flexibilización del tiempo de
trabajo a favor de los intereses y las necesidades empresariales.
El estudio, que se ha elaborado sobre una muestra de 70 convenios (45
de empresa y 25 sectoriales), también observa un aumento de la
congelación salarial que en este período afectó a un 30 % de los
trabajadores, frente al 0,2 % de 2007.
No obstante, la mayoría de los convenios siguen la tendencia de
moderación salarial, en línea con las recomendaciones de Acuerdo para el
Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).
Ante estas cifras, Górriz ha señalado que el sindicalismo ha
aguantado "el tirón" de la reforma laboral, lo que no impide seguir
exigiendo su derogación y sustitución por una Carta de derechos de los
trabajadores.
Górriz también ha denunciado la firma de convenios de manera ilegal
por parte de representaciones que no tienen legitimidad, en especial en
empresas multiservicio.
Tanto Górriz, como dos de los autores del informe, la secretaria de
Acción Sindical de CCOO, Rita Moreno, y el sociólogo Jesús Cruces, han
coincidido en que la reforma laboral no ha tenido sólo un impacto cuando
se aplica si no que establece las bases para la negociación colectiva
futura.
Górriz ha advertido de que "de la pobreza puede surgir el motín" y ha
recordado que en el aeropuerto de Palma de Mallorca hay gente que
duerme en estas instalaciones por que "en el marco de diez horas tiene
tres contratos con distintas compañías, con lo cual no tiene tiempo de
ir a su casa ni cambiar el uniforme".
Este, ha dicho, es un ejemplo de precariedad "brutal" pero también el
intento de las organizaciones empresariales de conducir el mercado
laboral español al siglo XIX.
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