Me lo ha dicho un pajarito pinturero que revolotea por los pasillos
de la Moncloa: el que manda es Moragas. O sea que Rajoy le ha renovado
el cargo de jefe de la campaña electoral que en el 20-D quitó a Cospedal
para que no se liara a bofetadas con Soraya, porque la pelea entre las
abogadas del Estado -¿de este Estado?- y los celos políticos de ambas ya
no tiene arreglo. Lo que impide a Rajoy optar sin crear un conflicto de
mayor cuantía porque Soraya es ‘la niña de sus ojos’ y Cospedal es la
secretaria general nombrada por el Congreso del PP, inamovible hasta el
próximo Congreso que ya veremos si se celebra en este Siglo XXI.
Mientras tanto manda Moragas que se ha estrenado en la campaña con el
vídeo de terror de Rajoy, dicen que hecho por el equipo catalán que ha
fichado el chico de la mochila monclovita y que ha sido objeto de la
moja y rechifla en la sede central del PP de Génova 13. Donde el lío de
la condena administrativa de Alonso y Maroto ha caído como un obús y
obligado a todos los dirigentes a dar explicaciones por enésima vez. Un
día es Rita, otro Soria, otro Cañete, otro Ortiz, otro Alonso, otro
Maroto, ¡Señor que cruz! Y lo que te rondaré morena.
O sea que Moragas está al mando de la campaña y además se mete en
harina regional y le ha puesto a un diplomático espía a Juanma Moreno
para controlar Andalucía desde Moncloa. Porque Juanma tampoco se lleva
demasiado bien con Cospedal –es de la cuerda del eterno Arenas- y lo de
la alcaldía de Granada lo llevó bastante mal porque al final se la ha
quedado el PSOE.
Y todo apunta a que Arriola, el gurú demoscópico de Rajoy, tampoco
está contento con lo de Moragas y está a la espera de que le pasen la
última encuesta interna del PP para ver cómo van las cosas porque su
olfato y su bola de cristal por el momento le dicen a Arriola que Rajoy
no va bien y que el 26-J podría perder escaños y quedarse por debajo de
los 120 por causa del efecto Podemos+IU. El que tendría impacto en más
de 10 escaños como rebote pernicioso para PP y PSOE por causa de la Ley
D’Hont que los padres del bipartidismo impusieron seguros de que no
habría un tercer partido en liza como ocurre con Podemos.
Ahora bien la campaña electoral se la va a jugar el PP en los debates
televisados entre los principales candidatos siempre y cuando Rajoy
decida participar, lo que le da una pereza infinita porque le supone un
trabajo añadido que le cansa. Y un riesgo mortal porque todos irán a por
él, y porque se teme que solo se hable de corrupción, o que se le vean
las canas o que se le derrita en pantalla el tinte –como en ‘Muerte en
Venecia’- caoba oscuro del pelo y quede convertido en Papá Pitufo frente
a los jóvenes Sánchez, Iglesias y Rivera que son de otra quinta y que
van a por él.
Cuando le preguntan a Rajoy si acudirá a los debates Mariano
contesta: yo haré lo que decida el jefe de la campaña electoral. Y
¿quién es el jefe de la campaña electoral? Pues Moragas. Y ¿quién manda
en Moragas? Pues Rajoy. O sea que Rajoy hará lo que mande Rajoy. Y por
eso están todos de los nervios a la espera de la respuesta sobre los
debates que dará Rajoy a través de su muñeco Moragas.
Y seguimos preguntando ¿qué decidirá Rajoy? Pues la verdad sea dicha y
en la espera del dictamen que Arriola les va a presentar con la última
encuesta interna del PP, todavía no lo sabe ni el propio Rajoy. Aunque
en las casas de las apuestas de Londres se cree que Mariano asistirá al
debate a cuatro con los otros tres, Sánchez, Iglesias y Rivera. Aunque
lo que más pagaría en las apuestes es el mano a mano Rajoy con Iglesias,
que sería lógico y dejaría a Sánchez –su insultador del debate del
20-D- compuesto y sin novia para debatir, lo que lo pondría de los
nervios, y también a Rivera (‘Albertsuco’ le dicen) porque todos quieren
debatir con Rajoy para correrlo a palos.
Entonces, la clave de la campaña electoral está en Moragas, es decir
en lo que decida Rajoy con los debates que tanta pereza la dan. Además
resulta que hay fútbol de Champion, está en marcha el Giro de Italia, se
acercan el Tour y Roland Garros, y sobre todo la Eurocopa de Futbol de
Francia y todo eso le quita a Rajoy mucho tiempo de la política. Y es el
motivo por el que necesita a Moragas para controlar el PP. En realidad
Sánchez ha diseñado un gobierno en la sombra, y Rajoy está tumbado a la
bartola a la sombra de un buen peral por si le cae una fruta madura a
mano y al final no se tiene que mover ni para ir a comer que sería para
él lo ideal.
(*) Pseudónimo de un veterano y prestigioso periodista cordobés
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