BRUSELAS.- El líder independentista Carles Puigdemont no descartó este
viernes nuevas elecciones ante el bloqueo político en Cataluña provocado
por el probable atraso de la investidura de su sucesor, encarcelado en
Madrid y pendiente de un permiso judicial para acudir al Parlamento.
El
pleno de investidura está convocado para el lunes, pero la obtención de
este permiso por parte del candidato Jordi Sànchez es complicado debido
a la dilación de los plazos judiciales y la amenaza de los separatistas
de reavivar su conflicto con el gobierno español. "No es una tragedia
que haya unas nuevas elecciones", dijo en una entrevista desde Bélgica
publicada en El Punt Avui el presidente regional cesado tras la
declaración de independencia del 27 de octubre.
Su formación JxCat ya había amenazado con una repetición
electoral si no se permitía la investidura de Puigdemont, a quien el
Tribunal Constitucional obligaba a entregarse ante el juez que lo
persigue por rebelión y sedición antes de ser investido.
Vuelta a las urnas
Finalmente
Puigdemont renunció pero cedió el testigo a Sànchez. "Si vamos a las
elecciones será por la enorme irresponsabilidad del Estado, porque no ha
aceptado los resultados del 21 de diciembre" cuando los
independentistas obtuvieron la mayoría absoluta en la cámara catalana,
aseguró Puigdemont.
"Como no les ha gustado el resultado, no quieren que
el Parlamento escoja a su presidente (...) Fuerzan las cosas de tal
modo que a lo mejor se deberán repetir elecciones", advirtió el
expresidente, cuyo entorno confía en mejorar su resultado si vuelven a
las urnas.
El gobierno de Mariano Rajoy, que no devolverá
la autonomía regional hasta que no se forme gobierno, les reclama no
designar candidatos con problemas judiciales como Puigdemont o Jordi
Sánchez, en prisión preventiva desde mediados de octubre acusado
sedición.
Sánchez, expresidente de la asociación
separatista ANC, solicitó permiso para acudir al pleno parlamentario al
juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, que instruye la causa contra el
núcleo duro del separatismo.
El miércoles, el juez dio cinco días de
plazo a la fiscalía y la acusación particular para pronunciarse, con lo
que difícilmente tomará una decisión antes del pleno del lunes que, de
momento, sigue convocado por el Parlamento. "Podría pronunciarse antes
del pleno, técnicamente es posible", señaló un portavoz del Supremo.
Oposición de la Fiscalía
La
Fiscalía se opuso ya este viernes a su liberación alegando el riesgo de
reiteración delictiva, argumento utilizado en repetidas ocasiones por
el juez para mantener presos a Sànchez y los otros tres independentistas
encarcelados.
Llarena puede verse reforzado en sus tesis
por el programa de gobierno pactado entre los dos grandes partidos
independentistas, JxCat y ERC, para seducir a la anticapitalista
Candidatura de Unidad Popular, la facción más radical pero necesaria
para asegurar la mayoría. En él, se comprometen a implementar la
república catalana proclamada sin efecto en octubre y a preparar un
boceto de su futura constitución que debería ser aprobado en un
referéndum.
Esta votación difícilmente encajaría en el
marco legal y podría llevar a un conflicto similar al del referéndum de
autodeterminación ilegal del 1 de octubre. Además, proponen crear una
estructura de gobierno paralela en Bélgica llamada "Espacio libre en el
exilio", con Puigdemont de presidente, consejeros de gobierno e incluso
una asamblea de diputados.
Este bloqueo y la consecuente
prolongación del control de Madrid sobre la región está pasando factura
al separatismo.
Según un sondeo del instituto demoscópico público en
febrero, el apoyo a la independencia cayó al 40,8% de la sociedad contra
un 53,8% en contra, el resultado más bajo desde que este órgano empezó a
formular esta pregunta en diciembre de 2014.
El domingo podrán medir
sus fuerzas en las calles de Barcelona donde está prevista una
manifestación de la asociación ANC bajo el lema "República ya".
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