MADRID.- La pugna interna entre la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, y el
actual portavoz de ese partido en el Senado, Josep Lluís Cleries, pone
de manifiesto, una vez más, que el ex president Carles Puigdemont ha
puesto en grave riesgo de fractura a la extinta Convergencia Democrática
de Catalunya.
Según fuentes parlamentarias señalaron a República.com, la líder de
los nacionalistas catalanes quiere ser, cuando haya un Gobierno catalán
legal que haga desaparecer la aplicación del artículo 155 de la
Constitución, la portavoz del Grupo Parlamentario Nacionalista en el
Senado. Para ello, pretende sustituir en el cargo a Cleries, quien ha
venido ejerciéndolo desde 2013 tras ser designado por el Parlament de
Catalunya.
A Cleries, un hombre que era de la total confianza del anterior ex
president del Gobern y hasta hace poco presidente del PDeCAT, Artur Mas,
se le considera un hombre de Carles Puigdemont, clave en lo que algunos
portavoces parlamentarios del Congreso y el Senado llaman en privado
“el cuarto partido independentista” catalán formado por el grupo de
diputados autonómicos de JxCat que forman parte de la guardia pretoriana
del ex president huido a Bruselas y en su mayor parte no estuvieron
vinculados a la anterior Convergencia.
Cleries, no obstante, sí proviene de la desaparecida CDC, de la que
ha venido siendo portavoz en el Senado durante todo el “procés”.
El
ingeniero industrial barcelonés fue, de hecho, miembro de la dirección
del partido y Consejero de Bienestar Social y Familia de la Generalitat
con Artur Mas, su hasta ahora valedor. Sin embargo, en la actualidad
forma parte del grupo de fieles a Puigdemont que planta cara y se impone
dentro del PDeCAT aprovechando que cuenta con más escaños que los
partidarios de Pascal.
Pascal, por su lado, dirige formalmente el PDeCAT, el nuevo CDC,
desde que ascendió de líder de las Juventudes de CDC a Coordinadora
General del PDeCAT el 23 de julio de 2016 obteniendo el 87,76% de los
votos en las primarias. Y desde el 22 de diciembre de 2017, fecha en que
el juez Pablo Llarena, del Tribunal Supremo, acordó investigarla por su
presencia pertenencia al equipo organizador del referéndum
independentista ilegal celebrado el pasado 1 de octubre de 2017 cuya
“hoja de ruta” fue anulada por el Tribunal Constitucional de España, se
encuentra en libertad tras abogar por “un Govern estable dentro de la
legalidad”, según declaró expresamente.
Pascal cuenta, en consecuencia, con la mayor parte de diputados y
senadores de Madrid, que fueron elegidos con anterioridad a la división
tácita del partido tras las elecciones catalanas del 21 de diciembre. Y
ese grupo, que capitanean los portavoces del Grupo Parlamentario Catalán
en Madrid, Carles Campuzano y Jordi Xuclá, es el que apuesta por dar
“más relieve i9nstitucional” a Pascal favoreciendo que sea portavoz en
el Senado. Sobe todo porque Pascal no es ni siquiera diputada autonómica
en el Parlamente catalán tras salirse de las listas por las
discrepancias con Puigdemont.
De hecho, Xuclá ha acompañado a Pascal en diversos contactos
informales mantenidos con personalidades de Madrid para darla a conocer
en los círculos políticos de la capital. El más sonado fue el que
mantuvo con Alfredo Pérez Rubalcaba, pero ha mantenido varios más y
alguno especialmente señalado, por la relación personal que mantenían
con anterioridad, como un almuerzo con el portavoz del PNV, Aitor
Esteban, en los alrededores de la Cámara Baja.
El pulso, no obstante, se vivirá en el Parlament de Cataluña si,
finalmente, se constituye un gobierno legal, sin un candidato
presidencial huido o procesado, y se evitan unas elecciones anticipadas
que nadie desea. “Ni Ciudadanos”, aseguran las fuentes nacionalistas
consultadas. Al Parlament le corresponde designar a ocho senadores
autonómicos: dos de ERC, dos de JxCat, dos de Cs, uno del PSC y otro de
los Comuns. Y aparte de Pascal y Cleries, ya han sido propuestos Mirella
Cortés y Bernat Picornell (ERC), Lorena Roldán y Xavier Alegre (Cs), el
expresidente de la Generalitat José Montilla (PSC) y Sara Vilà
(Comuns).
Según fija la ley que regula el procedimiento, la Comisión del
Estatuto de los Diputados del Parlament deberá dictaminar si lo ocho
cumplen con los requisitos para ser senador, y luego, en un pleno
específico del Parlament, se decidirá si se les da la luz verde
definitiva.
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