MADRID.- El Gobierno no encuentra la fórmula para
garantizar libertad a los padres con hijos escolarizados en centros
educativos de Cataluña que quieren elegir el castellano como lengua
vehicular. El Ejecutivo de Mariano Rajoy trabaja
contrarreloj para, al menos, obligar a todos los centros escolares
catalanes a cumplir con las sentencias que exige que el 25% de las
clases se impartan en castellano, revela El Español.
Desde que el Ejecutivo central se hizo con las
riendas de la Generalitat de Cataluña tras aplicar el artículo 155 de la
Constitución, una de las obsesiones de Moncloa es cambiar el modelo
actual de inmersión lingüística de Cataluña antes de que se forme el
nuevo Govern, momento en el cual el Ejecutivo dejará de tutelar la
autonomía. Sin embargo, fuentes gubernamentales reconocen que cambiar el modelo educativo "tendría que tramitarse en el Parlament", donde los independentistas tiene mayoría y se resignan a que esta vía no prosperará.
Otra de las preocupaciones del Gobierno de Mariano Rajoy es que el partido de Albert Rivera
no se adelante y presente alguna proposición de ley que deje de nuevo
al Partido Popular sin capacidad de reacción. Por eso, en los despachos
gubernamentales se estudia la opción de que sea el Grupo Parlamentario
Popular en el Congreso de los Diputados el que presente una proposición
de ley para armonizar el uso de las lenguas cooficiales. Una medida que no solo afectaría a Cataluña, sino también a aquellas autonomías donde conviven dos lenguas: Galicia y País Vasco.
Sea como fuere, en el Gobierno todavía no tienen
claro qué camino seguir para no tropezar ni herir sensibilidades. El
mensaje oficial es que se siguen explorando todas las vías para que los
padres en Cataluña puedan tener libertad a la hora de escoger la lengua
en la que estudien sus hijos. Pero la realidad es que no saben cómo hacerlo para no agitar todavía más el sentir independentista.
En Moncloa sí descartan ya que el Gobierno apueste
por incluir la casilla del castellano en las matrículas y
preinscripciones escolares en Cataluña para recuperar la opción
lingüística que permita escolarizar a los niños en lengua castellana,
tal y como piden algunos colectivos del sector educativo. En el
Ejecutivo son conscientes de que para cambiar el sistema de educación es
necesario un acuerdo con las demás fuerzas políticas. Un consenso que, de momento, el Partido Popular no tiene.
El plazo que tienen los padres para matricular a sus
hijos termina en abril. Así que el Ejecutivo aún tiene de margen unas
semanas -si no se forma un Govern antes- para cerrar la
manera en la que se obligaría a los colegios de Cataluña a dar el 25%
de las clases en castellano, como fijó el Tribunal Superior de Justicia
en Cataluña (TSJC). Pero la fórmula que se utilizará para aplicarlo
sigue siendo un gran misterio.
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