Sería prudente que los principales líderes políticos, Rajoy, Sánchez,
Iglesias y Rivera, que están en campaña electoral precedieran sus
promesas y programas electorales con una advertencia a los votantes
diciendo que sus compromisos deberán ser objeto de una posterior
negociación con aquellos partidos con los que buscarán un pacto de
gobierno.
No en vano, la mayoría de las primeras promesas electorales de los
partidos concurren a las elecciones generales del 26-J no son ciertas
porque o son incumplibles o porque los pactos de gobierno impedirán que
se lleven a cabo y tal y como están redactadas, por lo que tendrán que
ser rectificadas en pos de lograr consensos entre los partidos que
acepten colaborar en la formación de Gobierno.
De hecho algunos dirigentes políticos prometen lo que saben que nunca
van a cumplir para atraer a los votantes. Veamos por ejemplo algunos
casos relativos a Cataluña donde Pedro Sánchez insiste en favorecer una
reforma federal -todavía no ha dicho como, si simétrica o asimétrica- de
la Constitución, a sabiendas que el PP que tiene la llave de dicha
reforma no va a apoyar el Estado federal. Lo que por otra parte rechazan
los independentistas catalanes.
Estamos pues ante un brindis al sol. Y algo parecido le ocurre a
Podemos en Cataluña cuando promete el referéndum para la
autodeterminación, porque sabe que el Estado nunca lo va a permitir. Y a
broma suena el anuncio del PP de nueva bajada de impuestos cuando
existen problemas para reducir el déficit público en pos de la
convergencia fiscal con la UE y cuando el partido que puede permitir el
gobierno del PP que es el PSOE aboga por subir los impuestos.
De hecho la campaña, en lo que respecta a C’s y PSOE, se inicia con
una anomalía programática porque estos partidos tienen en vigor un pacto
de Gobierno firmado por Rivera y Sánchez el 24 de febrero que no ha
sido roto por los firmantes. Los que tampoco han anunciado, al menos con
la misma solemnidad que lo firmaron, que ese pacto está obsoleto o
superado por la nueva situación.
De manera que lo correcto sería que los candidatos a ocupar la
presidencia del Gobierno -y que saben que ninguno de ellos va a obtener
mayoría absoluta- les dirigieran a los votantes que todas sus propuestas
y programas de gobiernos tendrán que negociarlos con los partidos con
los que pretendan lograr una mayoría parlamentaria que permita la
formación de un gobierno estable.
De hecho los cuatro grandes partidos PP, PSOE, Podemos y C’s están
diciendo a los electores que esta vez habrá gobierno, lo que obliga a
pactos y a buscar consensos sobre los programas y las promesas
electorales porque ninguno podrá imponer el suyo si quiere gobernar.
Prudencia pues en las promesas y en los programas porque todo ello se
tendrá que revisar.
(*) Periodista
No hay comentarios:
Publicar un comentario