MADRID.- La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, ha arremetido contra la
oposición y, especialmente, contra el Partido Popular y Ciudadanos, por
no poder contar con ellos para temas de Estado como el brexit o para
estabilizar la vida política y la tensión verbal que últimamente está
teniendo lugar en el Parlamento y cuyo cúlmen ha sido esta semana por el
supuesto escupitajo del un diputado de ERC al ministro de Exteriores,
Josep Borrell, según la crónica de www.republica.com.
En rueda de prensa de prensa tras la celebración del Consejo de
Ministros, que en esta ocasión ha presidido la vicepresidenta por
encontrarse Pedro Sánchez en Cuba, Celaá ha calificado la acción del
diputado Jordi Salvador como “un espectáculo bochornoso” y ha dicho que
“es deleznable para él mismo”.
Sin embargo, ha echado balones fuera y en
vez de criticar a sus socios de ERC, ha acusado a los líderes del PP y
Ciudadanos de ser los responsables de fomentar la crispación política.
“No sé si le escupió o hizo amago de escupir porque yo estaba de
espalda y no le vi, pero no tengo que dudar de la palabra del ministro”,
ha advertido, al tiempo que le ha parecido “insignificante” este hecho,
ya que lo importante, a su juicio, son los insultos.
“El nivel del
insulto y de la ofensa es de tamaño suficiente en la cadena de insultos
para no tener que fijarnos en el ultimo detalle. Pero no cuestiono la
palabra del ministro”, ha insistido.
Lo que sí tiene claro, es que el Gobierno no va a “romper relaciones”
con ERC porque la ofensa ha sido “personal” y no del partido y ha
recordado que pasó lo mismo con Pablo Casado cuando el pasado 24 de
octubre, acusó a Sánchez ante el pleno del Congreso de ser “partícipe y
responsable del golpe de Estado que se está perpetrando en España”, y no
quiso rectificar sus palabras, momento en que el jefe del Gobierno,
rompió su relación con el líder del PP.
En concreto, ha considerado que las declaraciones de Casado esta
mañana acusando al Gobierno de haber sido “mentiroso e irresponsable” en
las negociaciones sobre el brexit, “es de nuevo una ofensa inmerecida”
al Gobierno y que “no abona nada la petición de la presidenta del
Congreso afirmando que era necesario evitar la crispación y actuar
políticamente”.
Por todo ello, ha pedido a la oposición que “hagan un esfuerzo para
calmar el ambiente político e impedir que la irritación parlamentaria
esconda un debate de ideas”. En este sentido, ha asegurado que el
Gobierno “no se va hacer eco” de ningún tipo de provocación y que,
sencillamente, van a responder a las preguntas e interpelaciones que se
les formulen.
“Confío en que se acabe con el insulto permanente”, ha remachado que,
en su opinión, no es solamente “ofensiva” para quien la provoca, sino
que “socava” las propias instituciones.
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