Suerte tiene el líder del PP Pablo Casado de que el Presidente
Sánchez no convoque elecciones generales como él lo pide a diario.
Porque el PSOE ganaría ahora esos comicios y el PP quedaría en tercer
lugar detrás de Cs. Entre otras razones por la crisis de Cospedal, que
Casado gestionó fatal y porque Vox está creciendo como la espuma por el
apoyo inicial de Aznar y los aplausos crecientes de la prensa
conservadora (El Mundo y ABC) y de sus emisoras de radio afines.
Mientras que el Presidente Sánchez, al que esos medios dan por
fracasado y seguro perdedor de los próximos comicios, lleva seis meses
disfrutando del poder a pesar de los muchos problemas que le rodean
(Presupuestos, exhumación de Franco, juicio del golpe catalán y
debilidad parlamentaria) y como poco se quedará en La Moncloa un año más
aunque deba prorrogar los Presupuestos de 2018.
Y en todo ese tiempo estará preparando su campaña electoral con
medidas progresistas políticas y sociales como la última de obligar, por
decreto a la Banca, a pagar los impuestos de las hipotecas tras
conocerse la última y muy discutida sentencia del Tribunal Supremo. Lo
que le ha permitido a Sánchez colocarse la medalla del nuevo decreto
mientras Podemos se echa a la calle a protestar contra el Tribunal
Supremo.
El PP está sufriendo con el difícil despegue del liderazgo de Casado
-como veremos en las elecciones andaluzas- y con la escandalosa y larga
dimisión de Cospedal que por fin deja el escaño. Imaginamos que porque
Rajoy se habrá quejado ante Casado de las afirmaciones de Ignacio López
del Hierro en los audios de Villarejo diciendo que ‘el Jefe’, es decir
Rajoy, aprobaba el espionaje de su amigo y dirigente del PP Javier
Arenas y a un hermano del ex ministro Rubalcaba.
El día que aparecieron los audios de la ministra Dolores Delgado, ese
mismo día, Cospedal debió anunciar con cualquier excusa su retirada de
la vida pública donde ha mentido sin parar sobre la corrupción del PP y
sobre su relación con Villarejo. Pero imaginamos que su compañero López
del Hierro (a quien ella quiera salvar diciendo que se equivocó al
pedirle que ayudara al PP) pensó que Villarejo, su viejo amigo, no iría
contra ello. Y está muy claro que se equivocó porque Villarejo no tiene
amigos y tampoco se sabe quien está difundiendo los audios del chantaje
policial.
En todo caso, patética la salida de la política de Dolores de
Cospedal. Fue el General de Gaulle, un estadista sin par en la Historia
de Francia, quien dijo que en la política hay que ‘saber retirarse a
tiempo’, y así lo hizo él. Pero está visto que en este país nadie (ni
González, Aznar, Zapatero y Rajoy) supieron hacerlo aprendiendo esa
magistral lección. Y Cospedal la que menos como bien lo acaba de
demostrar abandonando el PP y el Congreso de los Diputados por la puerta
de atrás.
(*) Periodista
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