La guerra ha estallado dentro de Podemos Madrid a seis meses de las
elecciones municipales, con la sorprendente decisión de la organización
madrileña de expulsar del partido a todos los concejales de Podemos más
cercanos a la alcaldesa Manuela Carmena, con los que la alcaldesa
contaba, cuando por fin, anunció, después de muchas presiones, que
repetiría candidatura si tenía total libertad para elegir a sus máximos
colaboradores. Algo que aceptó de entrada el secretario general de
Podemos, Pablo Iglesias…
Entre esos colaboradores que ella quería que formarán parte de su
equipo, se encontraban, desde el principio, la portavoz municipal, Rita
Maestre, que se ha convertido en la cara del nuevo Ayuntamiento de la
capital española; el concejal de Economía, Jorge García Castaño, y los
ediles José Manuel Calvo, responsable de Urbanismo, así como Francisco
Pérez, Esther Gómez y Marta Gómez. Toda la representación de Podemos en
el Ayuntamiento de la capital.
Todo se complica cuando el secretario general de Podemos en Madrid,
el exJefe del Estado Mayor de la Defensa, Julio Rodriguez, que
Iglesias colocó en las listas para las elecciones generales en Zaragoza y
Almería, sin conseguir entrar en el Congreso de los Diputados y que
termina controlando, en unas primarias, la secretaria general del partido
en la capital española, encargado de hacer la lista de las primarias
para el Ayuntamiento con él de cabeza de lista.
El conflicto estalla el domingo cuando, según los concejales “carmenistas” aparecen marginados
en puestos de difícil salida, especialmente Francisco Pérez y Garcia
Castaño, especialmente el primero que es el que se planta y convence a
sus compañeros de que no entren en participar en las primarias y que sea
Carmena la que los incorpore a su equipo.
Este pulso es el que no está dispuesto a admitir el exJemad, que no
cumple su pacto con los concejales “carmenistas”, con los que parece no
tener la menor sintonía a pesar de que algunos, como Rita Maestre forma
parte del núcleo de los fundadores del partido, junto con Errejón, Luis Alegre, Carolina Bescansa, Juan Carlos Monedero, Tania González
que, poco a poco, desde Vistalegre se han ido distanciando de Iglesias
o han sido directamente depurados por el secretario general.
Según
fuentes internas, Iglesias está detrás de la decisión de Podemos Madrid –
Ramon Espinar – Julio Rodriguez, de expulsar a los concejales díscolos
que, tras sentirse engañados por Julio Rodriguez, han sido expulsados de
la organización si no rectifican. El engaño reside en que esos seis
concejales con los que se siente cómoda la alcaldesa, iban a ir en los
primeros puestos de las listas, según acuerdo de Rodríguez con la
representante de Carmena.
La declaración del lunes del secretario de organización de Podemos,
Pablo Echenique, era una auténtica declaración de guerra de no sólo el
secretario de organización, del propio responsable de organización sino,
también, del propio Pablo Iglesias, empeñado en defender siempre a capa
y espada, al General Rodriguez al que fichó para el Proyecto.
“Los
candidatos de Podemos en el Ayuntamiento de Madrid serán los que hayan
pasado por las primarias de Podemos”, declaraba agresivo Echenique, lo
que significaba que el partido no reconocería a los concejales, que se
negaban a participar en unas primarias perfectamente controladas. El
siguiente paso ha sido, nada más y nada menos, que la suspensión de
militancia de todos, a menos de que rectifiquen, y den su brazo a
torcer.
El general Rodriguez, en un intento de salvar su posición como gran
culpable del grave conflicto creado a pocos meses de las elecciones ha
querido salvarse de la quema con un tuit, en su cuenta en las redes
sociales, que dice todo lo contrario de lo que ha venido diciendo,
hablando y pactando estos meses
“La experiencia (que no siempre son los
años) ayuda a ser comprensivo, a tratar de entender algunas conductas…
pero, también, a valorar cada vez más la lealtad, la perseverancia, el
camino recto y el juego limpio. Seguimos”.
Seguimos… cometiendo errores, como si el Movimiento del 15-M y
Podemos, formasen parte de un Ejército sin contar con una figura
inclasificable para cualquiera mando castrense como es la de Manuela
Carmena.
La alcaldesa de Madrid lo único que ha pedido es que no quiere
“cuotas”. Solo quiere colaboradores con las que se sienta “cómoda”.
Pero para el Jemad (que en el fondo es el que aspira a la Alcaldía
aunque no lo dice) eso no es posible si no se pasa por la lista por él
elaborada.
Las negociaciones, por tanto, se presentan llenas de
obstáculos y de difícil solución por el control que quiere tener Podemos
por el entorno de decisión de Carmena.
(*) Periodista y economista
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