MADRID.- El ministro del Interior,
Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado en la Comisión de Interior del
Senado la intención de su departamento de rebajar la velocidad máxima
permitida de 100 a 90 kilómetros por hora en todas las carreteras
secundarias.
«Trataremos de
reducir la velocidad máxima autorizada en las carreteras secundarias; no
se asusten; el 77% de los fallecidos en carretera son en las vías
secundarias con doble sentido compartida», ha señalado este martes en la
Comisión de Interior del Senado, donde ha desgranado las líneas
generales de la política de su departamento.
Actualmente, el
límite en las vías secundarias está establecido en 100 kilómetros por
hora, aunque en algunas carreteras es de 90, dependiendo del ancho del arcén. Según ha explicado Marlaska, su departamento tratará de igualar a 90 kilómetros por hora la velocidad en todas estas carreteras.
Para el ministro,
esta medida supondría la «homologación» de España con los países de
referencia de la UE y serviría para «simplificar el cuadro de
velocidades límite» y para «facilitar la comunicación con el conductor».
Precisamente, la reducción de la velocidad ha estado sobre la mesa en la DGT
desde hace años, con María Seguí y Gregorio Serrano al frente, pero en
este tiempo no se hizo por «miedo», según desveló la exdirectora general
del organismo entre los años 2012 y 2016. También Pere Navarro,
director de la DGT, ha manifestado en numerosas ocasiones su deseo de
reducir la velocidad en este tipo de vías, medida que confirmó en su
comparecencia la semana pasada en el Congreso.
Esta es una de
las medidas que pretende implantar el Ministerio del Interior en materia
de Tráfico y Seguridad Vial. Según ha explicado, su departamento quiere
«modificaciones puntuales» de la Ley de tráfico para «resolver
problemas concretos», lo que a su juicio es «mucho más adecuado y
razonable» que si se hiciera «una reforma integral».
Además de bajar la velocidad, el ministro ha señalado que el Gobierno quiere actualizar el permiso de carné por puntos,
una medida que supuso «un antes y un después» en la siniestralidad vial
en España pero que fue implantada hace 12 años.
Por
ello, se hará una
«revisión» del permiso «en base a la experiencia acumulada», donde se
tendrán en cuenta las causas de la siniestralidad, como son las
distracciones, primera causa de los accidentes mortales, por delante de
la velocidad y del consumo de alcohol.
El Ministerio
también tiene en mente una actualización -y en ello está trabajando ya,
según ha informado el ministro- del plan de seguridad para motocicletas
de 2008, que supuso en aquel año un «referente en Europa».
Asimismo, se está desarrollando una atención especial a los colectivos vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas),
un colectivo que, según ha advertido Marlaska, podría superar por
primera vez en la historia de España a los fallecidos de cuatro ruedas.
Con respecto a
las nuevas tecnologías, el titular de Interior ha manifestado la
intención de «ayudar y aprovechar los avances en seguridad de la
industria del automóvil», como es el coche conectado,
el coche eléctrico y la conducción autónoma, así como seguir
participando en los trabajos realizados desde la Comisión Europea.
El objetivo,
según Marlaska, es que España sea un «referente mundial» en materia de
Seguridad Vial. «La política es Seguridad Vial es un binomio entre
educación, formación, información y concienciación por un lado, y de
vigilancia y control del cumplimiento de las normas de tráfico por
otro», sostiene el ministro, para lo que ha pedido ayuda y colaboración
para que se convierta en «política de Estado».
Tal y como ha
afirmado, Interior pretende «colocar a las víctimas en el centro de la
seguridad vial» adoptando medidas, pues España lleva cuatro años
implementando el número de víctimas mortales. En 2017, hubo un
incremento del 0,9% fallecidos.
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