El independentismo ha celebrado este lunes el primer aniversario del
Referéndum del 1 de Octubre de 2017, declarado ilegal por el Tribunal
Constitucional, con movilizaciones en las calles, cortes de vías del
AVE, asalto a la sede del Govern en Gerona para quitar de su mástil la
bandera española, enfrentamientos de manifestantes con la policía y los
Mossos, ocupación de plazas y calles por miles de manifestantes que
pedían independencia y República, de acuerdo con lo votado el 1 de
Octubre y proclamado días mas tarde en una DUI (Declaración Unilateral
de Independencia).
Los incidentes de hoy y los enfrentamientos del fin de semana por la
actuación de los Mossos que han provocado la petición de dimisión del
presidente Torra y del Consejero de Interior Buch, por parte de los
Comités de Defensa de la Republica (CDR) y de la CUP, han radicalizado
al propio Presidente de la Generalitat que ha animado a los más
radicales a que prosigan luchando en la calle, por la independencia y
por la República. Ha sido en Sant Juliá de Ramis, en Gerona donde Torra
ha pronunciado sus palabras de apoyo a quienes han participado en todos
los incidentes para decirles: “Presionad, y hacéis bien en presionar”.
Esos incidentes y la solidaridad de Torra con ellos, han provocado la
reacción del Partido Popular que ha vuelto a pedir la aplicación
inmediata del artículo 155, y de Ciudadanos que ha solicitado un Pleno
extraordinario del Congreso de los Diputados para debatir la situación
catalana y la respuesta que le está dando el actual Gobierno. El líder
del PP, Pablo Casado, ha sugerido, además, que se deben ilegalizar todos
los partidos nacionalistas catalanes a raíz de los últimos
acontecimientos en Catalunya. “Solicitamos la modificación de la ley de
partidos para que se pueda actuar ya contra aquellos partidos y
organizaciones en Catalunya que están alentando la violencia e incitando
a la confrontación civil.
Presentada este Lunes como la historia de un gran triunfo, el
Referéndum del 1 de Octubre, fue, sin embargo, la historia de un gran
fracaso, algo que a muchos catalanes les gusta celebrar desde la
histórica fecha de 1714, en la que se conmemora la caída de Barcelona en
manos de las tropas borbónicas, al mando del duque de Berwick durante
la Guerra de Sucesión Española el 11 de septiembre de 1714, tras catorce
meses de sitio y que conllevó la abolición de las instituciones
catalanas, tras la promulgación de los Decretos de Nueva Planta.
Un año después de aquel Octubre, excepto el triunfo mediático
internacional convenciendo a la opinión pública mundial (y ante la
parálisis del Gobierno y de la Secretaria de Estado para la Información
en manos entonces de Carmen Martínez Castro) de que la represión fue de
tal brutalidad que hubo un millar de heridos de diversa consideración,
algunos de ellos graves, la consulta no tuvo las míninas garantías
democráticas, con papeletas hechas en casa y sin ningún tipo de censo.
Se pudo votar, y así lo hicieron varios periodistas, sin ningún control,
las veces que cada participante quiso.
De todos esos heridos que tanto impacto internacional tuvo, nunca se
conoció, a pesar de la insistencia de los medios, su filiación, como
nunca tuvieron el consuelo de ser visitados ni por el Presidente de la
Generalitat, ni por ninguno de sus Consellers. ¿Se imaginan esas
imágenes de heridos contando a Puigdemont, en TV3, como fueron
masacrados por la Policía y la Guardia civil españolas, como aquella
mujer que relató que la Policía Nacional, le rompió todos los dedos de
una mano, hasta descubrirse que todo era mentira al ver a la misma mujer
en otra foto posterior, plenamente recuperada y reconociendo su propia
mentira?
Un año después, el responsable del periódico The Guardian tuvo
la honradez, hace poco, de declarar que le habían engañado, que no hubo
esa cantidad de heridos ni hubo ese exagerado exceso en la intervención
policial.
Aquel 1 de Octubre fue el comienzo de todo, especialmente de una
Declaración de Independencia, no aceptada por ningún país que produjo,
en un acto de cobardía del Presidente de la Generalitat y de sus
consejeros más combativos la huida del país, mientras el propio
Puigdemont que ya tenía todo preparado por el empresario Josep María
Matamala, daba instrucciones de que todos estuviesen a primera hora del
Lunes 29 de Junio en sus despachos de la Generalitat, tras la entrada en
vigor del artículo 155 de la Constitución.
Ese lunes mientras el
President, ponía en twitter una foto de archivo de una imagen del cielo
que se veía desde su despacho, escondido en el maletero de un coche y
protegido por dos Mossos, el valiente Puigdemont abandonaba a los suyos,
especialmente a su vicepresidente Oriol Junqueras, dirigente de
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), con el que no ha vuelto a
hablar. Ni con él, ni con su familia.
Por último, el 1 de Octubre fue el gran fracaso del presidente del
Gobierno Mariano Rajoy, que dejó todo el problema catalán en manos de
la Justicia y de su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, la
abogado del Estado que convenció al Presidente del Gobierno que no
habría Referéndum porque no había urnas (las urnas estaban escondidas en
los lugares más insólitos, desde los maleteros de coches particulares,
hasta sacristías de Iglesias y conventos), ni había papeletas, ni había
censo.
“No habrá Referéndum en Cataluña” se atrevía a vaticinar Mariano
Rajoy ante Donald Tremp en la misma sede de la Casa Blanca días antes
ante el asombro de toda la prensa internacional. Esa actitud , fue, a
largo plazo, uno de los factores que, de algún modo, influyó en el
triunfo de la moción de censura contra él, presentada en el Parlamento
por Pedro Sánchez y apoyada entre otros por el PDeCat y Esquerra
Republicana de Catalunya.
(*) Periodista y economista
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