MADRID.- El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió este lunes a contradecirse de su etapa como líder de la oposición
al descartar la aplicación de un impuesto a la banca. El secretario
general del PSOE ha aparcado en su agenda el gravamen que él mismo
propuso a principios de año —con el que el PSOE calculó en enero que se
podían recaudar hasta 1.000 millones para las pensiones—
y limita ahora su propuesta a un impuesto a las transacciones
financieras, según se extrae de la entrevista en la Cadena Ser. Podemos
exigió una alternativa para lograr una recaudación como la que el
partido en el Gobierno preveía, según crónica de El País.
Sánchez se declaró el pasado enero partidario de aplicar un nuevo impuesto
a las entidades financieras con el fin de destinar lo recaudado a la
reducción del déficit de la Seguridad Social, que cerró 2017 con un
desfase de 18.800 millones de euros.
La iniciativa no figuraba en los
postulados del 30º Congreso del PSOE que se celebró tras la reelección
de Sánchez como líder de los socialistas. Podemos e IU habían planteado
anteriormente medidas similares, como llegó a recordar Pablo Iglesias:
el secretario general de Podemos incluía en su programa para las
elecciones generales de 2016 un “impuesto de solidaridad” a la banca.
Incluso instó a los socialistas a presentar un propuesta conjunta en el
Parlamento.
Debido
a todos estos antecedentes Podemos recibió con malestar la falta de
concreción de Sánchez sobre la aplicación del impuesto a la banca. “Si
no quieren poner un impuesto a la banca nos tendrán que explicar qué
privilegio fiscal se quita para sufragar medidas sociales”, expresó
Pablo Echenique tras la reunión de la dirección de Podemos.
El
secretario de Organización insistió en que uno de los fundamentos de
Podemos y sus confluencias es acabar con los privilegios fiscales. Para
ello puso como ejemplo que impuestos como el IRPF y el IVA que afectan
al ciudadano corriente han recaudado más durante la crisis mientras que
el impuesto de sociedades recauda la mitad que hace diez años. “Las
grandes corporaciones tienen privilegios fiscales y esperamos
revertirlos en las negociaciones”, sentenció.
El responsable federal de Políticas Económicas de IU, Carlos Sánchez
Mato, apuntó por su parte que “hay muchas vías para que la banca pague”.
Estas pasarían, entre otros cambios, por “incluir reformas en el
impuestos sobre sociedades”.
El dirigente de IU, que también participa
en las negociaciones con el Gobierno para los Presupuestos para 2019,
subrayó que en los encuentros mantenidos percibía que el Ejecutivo “no
era muy proclive” a incluir ahora el impuesto. “De poco valen políticas
de gasto si el Gobierno se retrae en eliminar privilegios fiscales”,
concluyó Sánchez Mato.
El principal socio del Gobierno reclama a cambio de su apoyo a los
Presupuestos Generales del Estado la derogación de la Ley Mordaza o de
la LOMCE, en sintonía con el PSOE, pero también mantiene otras
exigencias más difíciles de cumplir.
Entre ellas se encuentra la
derogación de la reforma laboral del PP —Podemos no hizo referencia a la
que aprobó el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y que también
critica— y la publicación de la lista de beneficiados por la amnistía
fiscal de Cristóbal Montoro. El Gobierno, tras mostrarse partidario de
la divulgación de los componentes de la lista, posteriormente subrayó
que no era posible hacerlo con efectos retroactivos.
El partido de Pablo Iglesias confía en que no se prorroguen los
presupuestos del PP, pero a cambio de su apoyo también pone como
condición que se frene la burbuja en el alquiler, y quiere limitar los
precios, opción que no comparte el Ejecutivo.
Pese a las discrepancias,
en Podemos destacan dos acuerdos concretos con el Gobierno: acabar con
la capacidad de veto del Senado —donde el PP tiene mayoría absoluta— al
techo de gasto y la senda de déficit y la subida de las pensiones.
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