MADRID.- Pablo Casado ha puesto fin a la era Arriola en el Partido Popular.
El nuevo presidente ha dejado de contar con los servicios del que fuera
asesor demoscópico de cabecera primero de José María Aznar y más tarde
de Mariano Rajoy, según explican fuentes del partido La Información.
Finaliza así una relación que data de los años noventa,
cuando el sevillano fue contratado por la formación conservadora para
realizar análisis electorales y sociales personalizados. El nuevo PP ha
optado en esta etapa por perfiles bastante diferentes.
Arriola había sido blanco de las críticas en el PP durante los últimos años. Facturaba directamente al partido a cambio de informes y explicaciones concretas.
Tenía, además, línea directa con el presidente, tanto en La Moncloa
como en Génova.
Esa relación privilegiada había provocado tiranteces con
cargos del partido que no entendían la excesiva confianza que mantenía
Rajoy en él durante los últimos años. Ahora, como decimos, esa labor de
asesoría ha finalizado coincidiendo con el adiós del gallego y la
victoria de Casado en las primarias. No habrá más facturas, por tanto, a cargo del Instituto de Estudios Sociales, la firma de Arriola.
El nuevo PP ha decidido, por tanto, confiar su 'aparato demoscópico' a otros profesionales. En este ámbito emerge la figura de Narciso Michavila y su empresa Gad3. El sociólogo ha colaborado con el partido en anteriores etapas de la mano de la anterior secretaria general, María Dolores de Cospedal,
y, según fuentes internas, Casado y su equipo quieren seguir contando
con él.
No obstante, las mismas fuentes desvinculan el papel de Arriola y
el de Michavila: el primero trabajaba en exclusiva para Rajoy y el PP;
sin embargo, el segundo tiene acuerdos con diferentes clientes y uno de
ellos serían los populares.
Otra firma demoscópica con la que el nuevo PP de Casado pretende seguir trabajando es SigmaDos. La histórica empresa de sondeos pertenece ahora al Grupo Eurostar y el objetivo de Génova es continuar contratándoles encuestas encargadas 'ad hoc'.
De forma paralela a estos contratos externos, Pablo Casado ha configurado en Génova un equipo de asesores en materia de comunicación a su imagen y semejanza. Todos giran en torno a la figura de Teodoro García Egea,
el secretario general. Es un núcleo duro conformado por los hombres y
mujeres que le ayudaron en la campaña electoral y que están coordinados
por Javier Maroto, vicesecretario general.
Hay dos ideas fuerza que
giran en torno a la nueva estrategia de Casado. En primer lugar, el
renovado PP está poniendo en marcha la maquinaria con la vista puesta en
que Sánchez pueda apretar el botón de unas elecciones anticipadas en
cualquier momento. Es lo que se llama "la campaña permanente".
Y, por otro lado, los populares van a seguir desarrollando lo que han llamado "la unidad del mensaje".
Se trata de un planteamiento que desarrolló durante la etapa de Rajoy y
que busca evitar errores de comunicación por parte de sus cargos.
Acabar, en definitiva, con declaraciones o propuestas contradictorias.
El nuevo PP de Casado no
descarta, además, echar mano de algunas estrategias que ya se pusieron
en marcha en el pasado. En Génova recuerdan la campaña entre las
elecciones del 20D y el 26J, cuando Rajoy logró retener el Gobierno y
mejorar sus resultados. Entonces el jefe de campaña, Jorge Moragas, contrató los servicios de la agencia Shackleton para difundir unos vídeos en los que se quería pedir al votante que acudiera a las urnas "sin complejos".
En el equipo económico Casado también ha acometido cambios de calado. La nueva gurú en materia financiera es la exministra Isabel García Tejerina,
nueva vicesecretaria de Sectorial, acompañada de su número dos Alberto
Nadal. Casado ha puesto así fin al poder omnímodo que tenían en este
terreno los Cristóbal Montoro, Fátima Báñez y Álvaro Nadal.
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