BARCELONA.- El pasado mes de agosto, el consejero de Exteriores catalán, Ernest Maragall, enviaba una carta a los trabajadores de su departamento en la que les daba las gracias "por vuestra serenidad y perseverancia durante el tiempo, en que con la excusa del artículo 155 el Gobierno central
se apropió de los espacios, procedimientos y despachos" de la
consejería. En la misiva, no obstante, también apuntaba las líneas
maestras en las que piensa trabajar durante los próximos meses, según avanza El Confidencial.
"El otoño no se prevé menos intenso. Tenemos un buen número de retos
sobre la mesa: la presentación de diversos proyectos de la Secretaría de
Transparencia y Buen Gobierno, en materia de participación y datos
abiertos; el proceso de elaboración del Plan Director de Cooperación; la apertura de algunas delegaciones que queremos que nos representen por todo el mundo; y la puesta en marcha del Plan Europa,
la acción más potente a nuestro alcance para aumentar la presencia e
influencia catalana en las instituciones europeas", decía la carta.
Esta tarea se basa en una ofensiva 'diplomática' de las instituciones catalanas para recuperar el terreno perdido en los últimos meses. Una de las primeras medidas que emprenderá el nuevo Govern de Quim Torra es la apertura de las polémicas 'embajadas' de la Generalitat, una operación que consta de tres fases, según han confirmado fuentes del propio Gobierno catalán a El Confidencial.
La
primera fase es la apertura de un mínimo de embajadas. Con la
aplicación del artículo 155, se habían cerrado todas las legaciones y
solo se dejó abierta la representación de la Generalitat ante la Unión Europea, que ahora está capitaneada por la exconsejera Meritxell Serret,
fugada en Bruselas pero con cargo oficial de nuevo, fichada por
Maragall nada más acceder al cargo de 'conseller'. "Serret ya ha
mantenido algunas reuniones oficiales con representantes políticos
europeos de la UE y las relaciones se están normalizando", afirman las
fuentes consultadas.
Reabrir embajadas por fases
El 19 de septiembre se abrirá la primera de las 'embajadas' que el PP cerró el pasado mes de octubre. Se trata de la de Berlín. A continuación, en los próximos días, se procederá a la reapertura de las representaciones
en Ginebra (Suiza), Londres (Reino Unido) y Roma (Italia).
También hay
intención de abrir, a finales de este mes, las de Francia y Estados
Unidos. Este viernes se cerró, precisamente, el concurso para elegir
delegado de la Generalitat en París y Washington.
"Queremos que esto no
sea una cuestión de nombramientos políticos, sino que el que ocupe los
cargos lo haga por méritos propios. Es lo que llamamos un concurso de
meritocracia", subrayan desde el Govern. Con ello, se completaría la
primera fase de la actividad internacional de la Generalitat.
"Es lo que
llamamos la primera fase o fase de restitución, que es volver a unos mínimos de representación internacional", confirman fuentes de la consejería.
La segunda fase, que duraría unos dos meses, consistiría en la consolidación de las 'embajadas' reabiertas citadas, a las que se añadirían las de Portugal, Balcanes y países nórdicos.
Con ello, se volvería a la situación de internacionalización del
Gobierno catalán similar al momento justamente anterior a la
intervención de la autonomía mediante la aplicación del artículo 155.
A partir de ahí, entraría una tercera fase, que tendría que completarse antes de finalizar el año 2018
y que todavía no está diseñada. "Habrá que ver qué necesidades tenemos y
si necesitamos otras representaciones en otros lugares para tomar
decisiones", recalcan las fuentes.
Presentes en Europa
Pero
al margen de la vistosa reapertura de delegaciones diplomáticas,
Maragall se propone lanzar un potente Plan Europa, según la misiva
interna que envió a su equipo. "En realidad, no existe ningún proyecto
con ese nombre específico, aunque sí está prevista una estrategia dirigida a ganar peso en Europa
—explican las fuentes del Govern—.
El 'conseller' siempre ha insistido
mucho en que la clave institucional no se puede despreciar y hay que
luchar en ese terreno".
Este plan se dirige, pues, a tener presencia en las instituciones europeas. Es cierto que la Generalitat sabe que no podrá estar en los órganos oficiales, pero su intención es tomar parte en la mayor parte de debates oficiales en los que pueda meter baza.
"El 'conseller' Maragall está muy obsesionado por formar parte del debate medioambiental, de la agenda 2030 y del desarrollo sostenible.
Quiere que Cataluña esté presente en todos los debates para dar nuestra
opinión, aportar nuestra visión de los temas y, al mismo tiempo,
conocer lo que se discute en Europa sobre los temas que marcarán nuestro
futuro".
En este sentido, el Govern quiere ser "puntero" y proponer
iniciativas "relacionadas con la agenda 2030 aportando ideas.
Por
ejemplo, ¿cómo puede afectar el Brexit a las empresas y a la ciudadanía
de Cataluña? Evidentemente, queremos tener información de primera mano y aportar ideas y soluciones a los problemas que se vayan presentando", recalcan las fuentes consultadas.
Todo
ello, afirman, "al margen de la tarea requerida a las delegaciones en
el exterior". Se trata, pues, de una labor de influencia directa en las
instituciones de la UE y de aportaciones directas a la agenda
comunitaria.
¿Cómo lo hará el Govern sin tener presencia física en los
órganos de gestión de la UE? Negociando para tomar parte en los debates.
Eso, de momento. La presencia institucional en los órganos de poder y
decisión está todavía lejos, pero el Govern se conforma, de momento, con poder aportar su voz en los foros comunitarios. Grano a grano piensa llenar el granero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario