La investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno se
despejará la semana que comienza el lunes 24 de octubre. El Congreso de
los Diputados podría celebrar la primera sesión plenaria el martes 25,
la segunda el jueves 27 y Rajoy jurar ante el Rey el viernes 28 de
octubre.
Este posible calendario solo está pendiente de la decisión que tome
el Comité Federal del PSOE el 17 de octubre que, si acuerda su
abstención, provocará esa semana una ronda de audiencias del Rey con los
portavoces de los partidos y la segunda propuesta de Mariano Rajoy como
candidato a la investidura.
Javier Fernández, presidente de Asturias y de la Comisión Gestora,
está conduciendo el partido hacia un cambio de posición aplicando, como
primera terapia, una cura de sueño que restablezca la tranquilidad
mínima necesaria para estabilizar Ferraz y evitar la reproducción del
espectáculo que ofrecieron hace quince días.
El argumentario interno de la nueva dirección gira sobre la frase “es
preferible tener a Rajoy en minoría que ir a unas terceras elecciones y
tener al PP con mayoría absoluta”. Pero la realidad es que el PSOE
necesita tiempo y pide tiempo. No puede enfrentarse a unas terceras
elecciones con la organización abierta en canal, sin secretario general,
sin candidato a las elecciones y con unas primarias días antes de la
campaña electoral que solo servirían para avivar el conflicto latente
entre los distintos sectores y los rescoldos del defenestrado Pedro
Sánchez.
Desde el otro lado, Moncloa y Génova, se ha manifestado una cierta
discrepancia en cuanto a la estrategia a adoptar ante la crisis del
PSOE. Desde Génova, las primeras declaraciones, plantearon una postura
dura frente a los socialistas con el objetivo de exigir no solo una
abstención sino un compromiso activo para garantizar la estabilidad de
la legislatura. Moncloa y directamente Rajoy rectificó a los portavoces y
lanzó dos mensajes: no hay condiciones y ganaré la estabilidad ley a
ley.
En el fondo sustantivo del cambio de estrategia, Rajoy parte
racionalmente de dos premisas y dos objetivos que están directamente
vinculados.
Las premisas son:
1. el Gobierno necesita y necesitará no solo el apoyo de Ciudadanos,
sino también el del PSOE que tiene implantación nacional y gobiernos
autonómicos y municipales para cumplir los programas de la UE.
2.Rajoy ya ha impulsado otros acuerdos exitosos con el PSOE en materia autonómica, económica y de lucha antiterrorista.
Los objetivos están claros:
1.Consolidar la recuperación económica.
2.Hacer frente con un bloque constitucionalista amplio al desafío
secesionista de Cataluña y el nuevo Ferraz de Javier Fernández, Susana
Díaz y Madina garantizan una aposición inequívoca.
En definitiva, levantando la mirada y con una estrategia de visión
amplia, meter al PSOE en unas terceras elecciones podría beneficiar al
PP a corto plazo, pero sobre todo a Podemos que liderado por el sector
duro de Pablo Iglesias obtendría el objetivo deseado y por el que ha
estado trabajando con la colaboración activa y absurda de Pedro Sánchez
que no se enteraba del juego: trasladar el efecto Pasok a la calle
Ferraz.
Mariano Rajoy está actuando con sentido común y de Estado en la
partida de ajedrez que se está jugando desde el 20 de diciembre de
2015.Y con más experiencia política que sus oponentes que son inexpertos
y unos recién llegados a la real politik.
Podemos y sus tribus, con su modelo de asambleas universitarias años
70, ni tienen homologación internacional, ni están en la senda
europeísta, ni garantizan una respuesta unánime a los independentistas
catalanes, ni ofrecen estabilidad económica. De momento no han aportado
nada a la situación política más allá de sus broncas internas y sus
ocurrencias de tertulia.
Por tanto, no hay otra salida racional al largo periodo de Gobierno
en funciones que la investidura de Mariano Rajoy con el apoyo activo de
Ciudadanos que también tiene pánico a una repetición electoral y la
abstención de los socialistas.
Por delante, una legislatura que no durará más de tres años que
consolidará la recuperación económica y que dará tiempo al PSOE para
recuperarse y bajar los resultados de Podemos a un porcentaje que no
supere el 10 por ciento.
Unos años en los que la Unión Europea tendrá que resolver el estatuto
del Reino Unido e impulsar una integración más real de sus ciudadanos
en la participación política y en políticas sociales y fiscales. Y
España es un socio principal que tendrá que participar en le nueva
arquitectura de Europa.
Y a lo mejor si hay tiempo, después de toda esta agenda, a lo mejor
Mariano Rajoy avanza en la sucesión en la calle Génova. O no.
(*) Abogado y Registrador de la Propiedad
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