MADRID.- Tres cuartos de horas tardó Pedro Sánchez en apuntalar a conciencia su
'no' rotundo y sin matices a un Gobierno liderado por Mariano Rajoy. Fue
tan categórico el portazo al aspirante del PP que no admitió
interpretaciones en la bancada popular, pero tampoco en la del PSOE.
El
rechazo resonó tan concluyente en el hemiciclo que si los socialistas
llegaran a plantearse en el futuro próximo facilitar la formación del
Gobierno, esa abstención constituiría una enmienda a la totalidad de las
tesis de su líder.
Pasadas las dos primeras horas de debate, propios y extraños
interpretaron que Sánchez acababa de fiar su liderazgo a la oposición
férrea frente al PP. "El PSOE -defendió el secretario general de los
socialistas- votará en contra con total convencimiento, por coherencia
con nuestro ideario político, por compromiso con nuestros votantes y por
el bien del país". En el discurso compacto no quedó margen para la
rectificación, para la flexibilidad o el viraje en la cuenta atrás de
dos meses que arranca hoy. "Es que vamos a votar siempre que no",
enfriaban en el entorno del líder socialista las esperanzas de Rajoy, al
que situaron al frente de un proyecto que no es ni "limpio" ni
"creíble".
No quedó nada en el tintero de los reproches. La gestión del
Ejecutivo entre 2011 y 2015, sus promesas incumplidas y las sospechas de
financiación ilegal del PP trufaron el relato de Sánchez para
justificar que no había puentes que transitar entre populares y
socialistas. "Su uso y abuso de las instituciones, su mentiras de ayer y
hoy, su no asunción de responsabilidades políticas ante los graves
casos de corrupción que le afectan avalan nuestra absoluta desconfianza
hacia usted", espetó ante el presidente en funciones.
Los escándalos que han minado al PP en los últimos años,
especialmente el 'caso Gürtel', se convirtieron en uno de los ejes de la
intervención, hasta concluir que "una investidura no puede sobreseer la
corrupción política otorgando una suerte de perdón". "España -argumentó
el líder del PSOE- necesita un Gobierno que persiga, castigue e impida
la extendida corrupción instaurada en torno suyo y que con evidente
alevosía ha amparado y protegido durante estos años".
Tampoco hubo resquicio para concesiones futuras. Quebrada la
confianza de los socialistas en Rajoy, Sánchez vino a decir que nada
podrá prometer el presidente que valga para promover que el PSOE
modifique el sentido de su voto. "No podemos esperar un cambio de
conductas, de políticas, usted sólo es continuador de su obra", zanjó.
Pero las voces críticas del partido subrayan que "si la obra de Rajoy
sigue en pie es por culpa de Pedro Sánchez". Aquellos que en el PSOE
discrepan de la postura de la dirección coinciden con el presidente
extremeño, Guillermo Fernández Vara, en que la norma educativa, la
reforma laboral o la 'ley mordaza' podrían estar ya derogadas si los
socialistas hubiesen negociado con el PP una abstención condicionada.
Ese planteamiento ni se somete a consideración en la cúpula del
partido, donde aseguran no encontrar razones para revisar el 'no' al PP
y, por lo tanto, tampoco para convocar un Comité Federal a partir del 2
de septiembre, como el propio Vara reclamó este martes. Desde la
dirección se reta a aquellos que así lo deseen a seguir el reglamento
del máximo órgano entre congresos, que establece que un tercio de sus
miembros pueden solicitar una reunión extraordinaria.
Entre los críticos hay quien no tiene dudas de que esa batalla,
llegado el caso, se dará tras los comicios vascos y gallegos, en los que
auguran un nuevo batacazo electoral. Ahora bien, nadie se atreve a
anticipar el resultado del debate que pueda abrirse en el Comité ni si
la federación andaluza, encabezada por Susana Díaz, dará el paso de
reclamar a la dirección un cambio de rumbo que pasaría por facilitar el
Ejecutivo y ejercer la oposición.
Si así fuera, enfrente se toparían con el muro de Sánchez, que
indirectamente deslizó hoy un mensaje para los suyos al equiparar la
abstención con una "supuesta mal entendida responsabilidad de Estado"
que llevaría al país de la legislatura del "absolutismo" a la del
"chantaje".
Este jueves, el portavoz parlamentario socialista, Antonio Hernando,
ha afirmado que está "convencido" de que habrá una reunión del Comité
Federal, el máximo órgano del partido entre Congresos, pero también lo
está de que no cambiará el 'no' de los socialistas a una investidura de
Mariano Rajoy.
"No me pongo en ese escenario porque me parece inconcebible, no veo
que mayoritariamente los dirigentes del PSOE vayan a permitir que el
hombre de los SMS a Bárcenas siga siendo presidente del Gobierno", ha
dicho recordando los mensajes de apoyo de Rajoy al que fuera tesorero
del PP Luis Bárcenas, cuando ya se sabía que tenía cuentas millonarias
en Suiza.
En una entrevista en RNE, Hernando ha reconocido que cualquier
dirigente socialista tiene derecho a pedir que se convoque el Comité
Federal si desea que se discuta un cambio de posición. El Comité, ha
recordado, puede convocarlo la dirección, o un número de miembros del
propio órgano. En todo caso, ha recordado que éste se reúne con
frecuencia y que en el PSOE no falta debate.
Preguntado si el PSOE descarta intentar formar gobierno en el plazo
de dos meses que resta hasta que tengan que convocarse nuevos comicios,
ha respondido que es "muy difícil, es imposible", porque Podemos y
Ciudadanos se excluyen mutuamente.
Es más, ha recordado que los socialistas intentaron esta vía "hasta
la extenuación" en la pasada legislatura, con cifras "más favorable que
ahora", pero que "no fue posible y ahora esas cifras no dan".
"Desde
luego no es nuestro momento, no lo es", ha añadido.
Preguntado por la probabilidad de distintos escenarios una vez que
Rajoy pierda la segunda votación prevista para el viernes, ha empezado
por decir que una abstención del PSOE es "absolutamente descartable" y
no tiene "ninguna posibilidad" porque haría a su partido "cómplice de
las políticas de Mariano Rajoy".
En cambio sí considera una posibilidad que el PP pacte con el PNV,
porque este partido ha llegado a acuerdos con la izquierda y con la
derecha, a pesar de que Rajoy "ayer dinamitó varios puentes con los
nacionalistas vascos". Hernando ha admitido que el portavoz jeltzale,
Aitor Esteban, también estuvo "beligerante" pero lo ha achacado a la
campaña vasca.
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