Hay dos grandes cuestiones de la política nacional sobre las que
nadie dice la verdad en la vigente campaña electoral. La primera es que
para cumplir la convergencia fiscal con la UE hay que hacer nuevos
ajustes (fiscales, institucionales, lucha contra el fraude, etcétera).
Lo acaba de decir el Comisario Moscovici desde Bruselas: ‘salga el
Gobierno que salga en España no hay margen para relajarse’ Y la segunda
cuestión es que solo existen dos salidas para alcanzar un gobierno
estable después del 26-J: un pacto del PSOE con Podemos; o del PSOE con
el PP. Y esto era tras las pasadas elecciones del 20-D y lo seguirá
siendo después del 26 de junio aunque nadie lo quiera reconocer.
En estas estamos cuando se ha sabido que Rajoy ha escrito a Juncker
una carta ‘gana tiempo’ para que la UE no multe a España. Pero en su
misiva un Rajoy indiscreto reconoce la necesidad de reducir el déficit
para lograr la convergencia fiscal con la UE y de hacer nuevos ajustes
en España. Lo que ha dado pie a la oposición para denunciar un doble
lenguaje del PP porque esconde estos ajustes en su programa electoral,
sobre todo después que el ministro García-Margallo declarara no hace
mucho: ‘nos hemos pasado cinco pueblos en la austeridad’.
Está claro que no hay fórmula mágica para cumplir con la UE y volver
al crecimiento y el empleo sin hacer nuevos ajustes. Y estamos ante la
cuadratura del círculo que es lo que proponen PSOE, C’s y Podemos
convencidos que la UE le dará a España una prórroga extraordinaria de
¡tres años! para evitar ajustes rompiendo nuestro compromiso actual de
reducir el déficit por debajo del 3% a finales de 2017. Pero ese largo
aplazamiento la UE no se lo concede ni a Grecia, donde su Parlamento
acaba de aprobar nuevos ajustes que propone el gobierno de Tsipras para
poder recibir el dinero del ‘tercer rescate’ de la UE.
Estamos pues en la misma situación en la que estábamos después del
20-D un tiempo en el que Sánchez se negó a hablar con Rajoy y a pactar
con Iglesias. Y como además Sánchez se lanzó a la investidura sin los
votos suficientes al final provocó estas nuevas elecciones que tampoco
va a ganar. Y en las que corre el riesgo de quedar en el tercer lugar
detrás de Podemos+IU, que son en realidad un invento de Sánchez que ha
dado a Podemos una segunda oportunidad para lograr el liderazgo de la
izquierda como lo anuncian los últimos sondeos electorales.
La situación económica y política española es mala pero todavía puede
empeorar e incluso regresar al borde de la recesión de pasados años si
el país no remonta el vuelo del crecimiento y del empleo. Además de la
complejidad española están las dificultades europeas (con el Brexit de
por medio) y las internacionales que no acaban de mejorar, de ahí la
importancia de que España logre en las próximas semanas un gobierno
estable y ponga en marcha medidas moderadas para mejorar el déficit y
llegar a la convergencia con la UE. Si esto no se logra a partir del
26-J nuestro país entrará en una oscura zona de incertidumbre con riesgo
de involución económica y de permanente inestabilidad.
(*) Periodista
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