MADRID.-La
petición del líder del PSOE, Pedro Sánchez, al presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, de que se someta a una moción de confianza si no
consigue aprobar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ha sido
recibida en Génova como un «brindis al sol», revela La Razón.
En el Ejecutivo siguen
adelante con su último calendario para presentar los Presupuestos,
después de ir aplazándolo a la espera de que haya un nuevo Gobierno de
la Generalitat. Pero aunque no hubiera Presupuestos, opción que el
discurso oficial continúa descartando, Rajoy no se someterá a una
moción de confianza y la respuesta al giro socialista es que se atrevan
ellos a presentar una moción de censura.
La
dirección popular descarta que vuelva esa pantalla por muy mal que se
les pongan las cosas por la presión de la oposición y de las encuestas, y
por su soledad parlamentaria. Están convencidos de que ni hay ni habrá
acuerdo en la izquierda ni de la izquierda con Ciudadanos (C's).
La
relación del PSOE con C's no se ha hecho más estrecha porque el partido
de Albert Rivera haya decidido romper la cuerda con la que sostiene
junto con el PP la legislatura. Todos los partidos han empezado ya a
mirar a su precampaña y a sus intereses electorales y no son
convenientes conjunciones que despisten al electorado, más cuando en el
caso de C's su intención es seguir recogiendo votos del PP y también
socialistas.
En ese sentido, en el PP creen que su soledad parlamentaria
no va a mejorar en los próximos meses, pero tampoco empeorar hasta
forzar a Rajoy a disolver y convocar elecciones.
Ahora
bien, es un hecho que los sondeos siguen haciendo sonar alarmas en el
PP. Hasta los que manejan internamente confirman la misma tendencia al
alza de Ciudadanos, en la línea de los pronósticos de los que se están
publicando en distintos medios de comunicación. Aunque sin «sorpasso».
Pero en Génova insisten en que ellos mantienen su hoja de ruta: las
convenciones, los actos del partido y presentar iniciativas
parlamentarias aunque las pierdan por no tener suficientes votos para
sacarlas adelante.
El
PP está viendo las orejas al lobo pero también creen que si aguantan
hasta Navidad, incluso sin Presupuestos es probable que Rajoy pueda
seguir sosteniendo el Gobierno hasta 2019, hasta agotar prácticamente la
legislatura. Como
hubo repetición de las que se celebraron en diciembre de 2015, y se
votó otra vez en junio de 2016, Rajoy podría apurar hasta 2020, el año
de la fecha simbólica de los 20 millones de personas trabajando en
España que se marcó en la campaña de esas últimas generales.
La idea de
que la clave está en resistir hasta Navidad la sostienen en el argumento
de que a partir de enero del año que viene todos los partidos empezarán
a estar más pendientes de la campaña que del Congreso. «Si no hay
Presupuestos la cosa será más difícil, dependerá de que haya otras
circunstancias que hagan que la opinión pública esté pendiente de otros
temas», analizan dentro del partido.
Esta semana
está previsto que por fin se resuelva el relevo de Luis de Guindos en el
Ministerio de Economía y Competitividad, pero Rajoy ha rebajado tanto
las expectativas al respecto que ha dejado de ser tema en los cenáculos
de su organización política.
Sí están pendientes del próximo debate de
las pensiones en el Congreso porque los cuadros territoriales comparten
la impresión de que en esta cuestión se la están jugando, igual que
también les puede penalizar, por el uso que de ello haga Ciudadanos, el
problema del castellano en Cataluña.
Son dos
temas «sensibles», y sobre los que en el partido están vigilantes de la
acción del Gobierno porque creen que las equivocaciones les pueden
«salir muy caras». En el caso de las pensiones, el Ejecutivo no tiene
previsto tirar de nuevos fondos de momento, si no esperar a que haya más
crecimiento económico.
Desde
el entorno de Rajoy precisan que el
objetivo de ese debate no es tanto hacer anuncios de nuevas medidas como
que cada partido se retrate y que el jefe del Ejecutivo «haga balance
de lo que ha hecho por mantener el sistema público de pensiones en un
momento económico muy complicado».
El
castellano tiene casi peor arreglo una vez que el Gobierno asumió el
compromiso de que utilizaría el 155 para hacer que se cumplieran las
sentencias judiciales que establecen que en el 25 por ciento de las
asignaturas el castellano debe ser lengua vehicular.
De momento lo que
se ha visualizado son pasos atrás por parte de distintos portavoces del
Gobierno con el argumento de que quien legisla es el Parlamento catalán y
de que todavía hay tiempo porque se ha ampliado el plazo para las
preinscripciones escolares del año que viene.
Pero Ciudadanos está a la
espera de que venzan esos plazos e incluso aunque antes haya nuevo
Gobierno de la Generalitat, es poco probable que deje pasar esta ocasión
sin intentar desgastar también al Ejecutivo de Rajoy con un asunto tan
sensible para el electorado tradicional del PP como la defensa de la
lengua castellana en todo el territorio nacional.
En
cualquier caso, el presidente del Gobierno no da señales de estar tan
preocupado como dentro de su partido por el aire que parece que está
cogiendo la formación de Rivera. Al menos así lo trasladan sus
colaboradores. No niega la tendencia al alza, pero sostiene que queda
demasiado tiempo para las elecciones como para que sea indicativo el
termómetro demoscópico.
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