lunes, 10 de septiembre de 2018

Lesmes carga en vísperas de la Diada contra los tribunales europeos que no vieron delito de rebelión


MADRID.- En vísperas de la celebración de la Diada, marcada en esta ocasión por la proximidad del juicio a los líderes del 'procés' y la posibilidad de que sean sentenciados a penas muy duras, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes, ha lanzado este aviso: “Cuando la Constitución resulta golpeada debemos defenderla".

El presidente del Supremo ha considerado que “la desobediencia a la Constitución es la máxima expresión de arbitrariedad” y que quienes dicen que ningún juez puede decidir “en contra de la voluntad popular” demuestran una “absoluta ignorancia” del significado del Estado de Derecho.
Tras recordar que la Carta Magna es “permeable” a las transformaciones políticas y sociales, el presidente del TS ha dicho que “no puede ser concebida como políticamente neutra” y menos aun ante los riesgos que suponen “los movimientos populistas y los planteamientos identitarios excluyentes”. 
Lesmes, además, ha cargado contra las decisiones judiciales de Bélgica y Alemania relacionadas con la causa contra el procés, que a su juicio han generado una “grave incertidumbre” por interpretar “de forma unilateral” mecanismos jurídicos autónomos como las euroórdenes. 
A su juicio, estos jueces europeos han interpretado “de forma unilateral” conceptos jurídicos autónomos del denominado espacio europeo de libertad, seguridad y justicia que deberían ser reflejo de una “comunidad de valores” y que han generado una “grave incertidumbre” en la causa judicial contra el procés.
También ha subrayado que hay quienes intentan “erosionar la legitimidad del poder judicial mediante acciones que exceden con mucho la libertad de expresión o el derecho de defensa”.
“Frente a la posverdad, que persigue la impunidad bajo el cobijo aparente de la voluntad popular, los ciudadanos han de percatarse de que la respuesta del poder judicial se encamina a evitar el daño que supone desarbolar ni más ni menos que todo un pacto de convivencia intergeneracional”, ha destacado el presidente del CGPJ. 
En este sentido, ha subrayado la “falacia” que supone contraponer la ley y la democracia, especialmente cuando eso desemboca en identificar la ley con la voluntad del gobernante, un caso que dejaría a los ciudadanos indefensos ante las arbitrariedades del poder. 
“Si la Constitución es la expresión democrática del poder político, resulta una contradicción insuperable que ese poder, en alguna de sus formas, pretenda subvertir la norma que legitima su ejercicio”, ha añadido el presidente del CGPJ. 
Es por ello que ha advertido de que si bien en ocasiones “la violencia o la astucia ha permitido desbordar un determinado modelo orgánico de democracia constitucional sin seguir los procedimientos establecidos”, estos “procesos de subversión dividen profundamente a la sociedad, alteran gravemente la convivencia y pueden producir efectos devastadores sobre la paz interna de un Estado”, según la crónica de www.republica.com.

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