MADRID.- El
presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha pedido hoy
"valentía" para abrir el melón de la reforma constitucional y si bien ha
reconocido que hay una situación de riesgo, ha considerado que "el
mayor riesgo es no hacer nada".
Puig
ha aprovechado su intervención en la clausura del VII Foro de las
Autonomías para reiterar su petición de comparecencia ante la Comisión
General de las Comunidades Autónomas para defender su propuesta de
financiación y ha insistido en que "el debate entre partidos no puede
sustituir el debate entre instituciones".
Sobre
su petición de comparecencia y en declaraciones previas a la clausura,
Puig ha asegurado que irá a la citada comisión cuando le citen desde la
Cámara alta y ha recordado que acudir o no dependerá de la mayoría del
PP, ya que "el PSOE no puede bloquear nada".
Puig
ha negado que el portavoz del PSOE, Ander Gil, le haya vetado o
condicionado, si bien ha reconocido que la prioridad de su partido en
estos momentos es que el Gobierno presente su propuesta de reforma.
Ya
en su intervención, el presidente autonómico ha reivindicado la
urgencia de una vía reformista que avance hacia el federalismo y esté a
favor de "la España real, que es plural y diversa".
Puig
ha reconocido que el Estado de las autonomías ha sido una "historia de
éxito" pero "está agotado" porque tiene importantes deficiencias y
carece de instrumentos de lealtad institucional".
Pero también porque permite una "desigualdad insostenible" y aquí ha recordado las asimetrías profundas que existen en España.
En
2015, ha dicho, entre las comunidades de régimen común hubo 728 euros
por habitante de diferencia, entre la mejor financiada y la Comunidad
Valenciana.
Es decir, un 33 por ciento menos por el hecho de haber nacido en un territorio diferente, ha remarcado.
Y esto se refiere a las comunidades de régimen común, respecto a las forales "sin comentarios", ha apostillado.
En
su intervención, Puig ha dejado muy claro que las comunidades autónomas
deben de ser partícipes de esa reforma y ha recordado que "demasiadas
veces los partidos han expropiado a las instituciones y las
instituciones no son propiedad de los partidos políticos".
Y
desde la Comunidad Valenciana, "deseamos incentivar el diálogo para
superar el mutismo, el maniqueísmo y la parálisis actual", ha dicho.
Se
trata, en definitiva, de trazar una vía reformista que supere el
"ensimismamiento" y que busque una España "más consciente de su
diversidad y basada en la igualdad".
Y
en esa propuesta federal, ha abogado por no abandonar la defensa del
patrimonio lingüístico "en el terreno de los nacionalismos excluyentes".
El
también secretario general del PSPV ha lamentado que en 40 años de vida
constitucional sólo dos presidentes autonómicos (José Montilla, en
2010, y él mismo) han solicitado comparecer ante la Comisión General de
las Comunidades Autónomas de la Cámara alta y esto, ha dicho, es una
evidencia de que "algo falla".
Para Puig, esto evidencia que "el silencio ha sustituido a un diálogo fluido, equilibrado y multilateral".
El
presidente autonómico ha incidido en que es el momento de acabar con el
silencio acumulado y ha valorado que la reforma de la Constitución abre
"una puerta de esperanza y reencuentro".
"No
todo puede ser cálculo electoral y partidismo, las grandes cuestiones y
el sistema de financiación autonómica han de acometerse con un consenso
básico, alejado de los intereses puntuales del Gobierno" ha añadido.
Con
la clausura, Puig ha cerrado el VII Foro de las Autonomías, organizado
por el Instituto de Derecho Público, entidad universitaria catalana que
dirige el constitucionalista Eliseo Aja, y donde se han debatido tres
informes de catedráticos de diferentes universidades españolas sobre la
reforma constitucional, la aplicación del 155 en Cataluña, la
financiación autonómica y el multipartidismo.
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