MADRID.- El ex secretario general del PSOE Pedro Sánchez siguió
este jueves sin desvelar qué hará después de decir ‘no’ a Mariano Rajoy
junto a sus compañeros en la primera votación para la investidura del
candidato del PP, lo que ha disparado los rumores en los corrillos
socialistas, donde no se descarta incluso que deje su escaño antes de este sábado,
cuando los socialistas tienen el mandato del partido de pasar del
rechazo a la abstención.
Muchos temen que Sánchez no acuda a la votación
o renuncie a su acta antes de la misma y anuncie poco después que se
presentará a las primarias del partido, que tendrían lugar en los
próximos meses, lo que crearía más tensión si cabe en una formación
totalmente rota, aunque la situación podría ser peor si los militantes
del PSOE le volviesen a dar su apoyo. Pero algunos también temen que
acuda al Congreso, vote ‘no’ y lidere una rebelión que contagie a
algunos de sus compañeros, que aún no saben si abstenerse u optar por el
‘no’. De hecho eso es lo que le piden sus más próximos, que creen que
lo mejor es ir contra la líder socialista andaluza, Susana Díaz, con
toda la artillería posible, a pesar de que eso pueda acarrear una
sanción o incluso la expulsión.
“Lo veréis”, es lo único que dijo Sánchez al
abandonar el hemiciclo este jueves cuando los periodistas le preguntaban
repetidamente por lo que va a hacer este sábado. Sánchez, que este
miércoles reapareció en el Congreso tras su dimisión del 1 de octubre,
no ha desvelado públicamente sus intenciones y, de hecho, ha sido muy
parco en sus palabras a los medios de comunicación.
En las redes sociales anunció que iba a acudir al debate de
investidura y que este jueves votaría ‘no’ junto a sus compañeros, pero
cuando se le preguntó después en los pasillos por sus planes con vistas a
la segunda votación se limitó a señalar que el sábado será otro día. Y
este juves no quiso dar más pistas.
Sánchez permaneció algo más de tres horas en el Pleno durante el
debate de la mañana, donde siguió con muy poco entusiasmo la
intervención del Grupo Socialista, Antonio Hernando, a quien sólo
aplaudió al finalizar su turno de palabra. Sus afines ni siquiera
llegaron a aplaudir. Diputados como César Luena o María González Veracruz permanecieron en silencio y sin aplaudir a su compañero de bancada.
Responderá “con hechos”
Después, Sánchez comió con dos diputados de su entorno más próximo, el valenciano José Luis Ábalos y la balear Sofía Hernanz,
y volvió al Congreso alrededor de las 16.30 horas. Antes de entrar, y
en declaraciones a La Sexta, explicó que responderá “con hechos” a la
pregunta de qué hará el sábado. “¡Si acabo de llegar! ¿Ya me queréis
echar?”, ha añadido cuando se le ha preguntado si tiene previsto dejar
su acta antes de la segunda votación.
Y es que esta posibilidad fue muy comentada en los corrillos
socialistas durante toda la jornada. Algunos diputados -del sector
crítico con la Gestora- apuntaban que Sánchez podría dejar su escaño antes del sábado, para mantener su coherencia con el ‘no’ a Rajoy y no romper la disciplina de voto.
A juicio de muchos socialistas, de todas las sensibilidades, si el ex secretario general vota ‘no’ y desacata el mandato del Comité Federal, no sólo sería el primer ex secretario general del PSOE que rompe la disciplina de su grupo, sino que estaría inhabilitado para tratar de liderar el partido de nuevo. Y
eso es lo que quieren al parecer muchos de los denominados ‘susanistas’
para quitar de enmedio a Sánchez, argumentando que romper la disciplina
de partido es suficiente para echar a alguien del partido.
Y es que algunos opinan que Sánchez va a intentar volver a la Secretaría General.
De hecho, se ha comentado que, además de dejar su escaño, Sánchez
podría aprovechar para anunciar que se presentará a las primarias del
próximo congreso del PSOE.
Sánchez no se abstendrá casi seguro
De una u otra forma, lo que casi todo el mundo descarta es que Sánchez acuda el sábado a votar abstención,
la única posibilidad que no generaría un nuevo terremoto en el PSOE,
donde ya se da por descontado que habrá ruptura: además de los siete
diputados del PSC, los socialistas de todo signo cuentan con el ‘no’ de
las independientes Zaida Cantera y Margarita Robles y
con que habrá otras cuatro o cinco más. Ya están confirmadas las de
Susana Sumelzo, Rocío Frutos y Pere Joan Pons, y se duda con la de Sofía
Hernanz. Podrían ser más, se comenta, si Sánchez acude al Congreso y
vota ‘no’.
El caso es que la dirección de momento no quiere hablar de las
posibles sanciones y, de hecho, algunas fuentes próximas a la Gestora
apuntan a que el presidente, Javier Fernández, no se plantea expulsiones.
Pero todos coinciden en que no puede haber excepciones, aunque el PSC
puede tener un trato diferente por ser otro partido, y en que si Sánchez
se encuentra entre quienes rompen, la situación será más complicada.
Así, si se descarta la abstención, las únicas posibilidades que restan son que Sánchez vaya al Pleno y vote ‘no’ o que se ausente,
y que entregue o no su acta. Afines a la Gestora no ven viable que
rompa y pretenda seguir y apuntan que, en ese caso, dejaría el escaño,
que es lo que también admiten que harían otros diputados cercanos a
Sánchez.
No acudir a votar y seguir en el escaño sería la opción más fácil de
gestionar para algunos, aunque hay quien apunta que ese movimiento
contaría como una abstención y, además, puede dar la impresión de que
Sánchez no quiere dar la cara.
Y en todo este panorama de rumores, entra en juego el anuncio de que Sánchez estará en el programa de ‘Salvados’ de La Sexta el próximo domingo por la noche.
Humillación a Sánchez
Mientras tanto, persiste el enfado de los afines a Sánchez por la decisión de la Gestora de no replantearse la manera en la que se lleva a cabo la abstención
decidida por el Comité Federal y que piden que se haga por la mínima,
es decir, que sólo se abstengan los once diputados que necesita Rajoy
para ser investido en segunda vuelta.
Esta posibilidad fue planteada por ocho dirigentes territoriales del
partido, y apoyada por otros dos, un día después del Comité Federal y
volvió a ser defendida en la reunión del Grupo Socialista previa al
debate de investidura.
Sin embargo, la dirección insistió en que el Comité Federal del PSOE hizo un “mandato expreso”
y no caben interpretaciones ni otorgar libertad de voto en conciencia a
los diputados. Con el debate ya iniciado, insisten en que no hay lugar a
modificar esas directrices.
Para los críticos con la Gestora, detrás de esta decisión está el
objetivo de “humillar” a Sánchez y de “llevarle al precipicio” para que
decida dejar su escaño y darlo por ‘aniquilado’ de cara a las primarias.
De hecho, durante el debate interno de este miércoles, la diputada cacereña Pilar Lucio instó directamente a la dirección a aclarar sus intenciones.
“Confesad”, llegó a decirles, después de solicitar poder hacer esta
pregunta, ya que no se le había concedido la palabra en la reunión.
Para los afines a Sánchez, no hay ninguna necesidad de “obligar” a
todo el grupo a abstenerse, cuando se mantiene la división interna. En
su opinión, se ajustaría más a la situación la denominada abstención
técnica, ya que defienden que ha sido una decisión instrumental y no ideológica.
El diputado Ábalos, defensor del ‘no’, llegó este miércoles a
ofrecerse incluso a formar parte de los once ‘señalados’ si de esta
manera se liberaba al partido de la “tensión” que, avisan, está
redundando en el “desgarro” en lugar de comenzar a coser.
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